El dios de la pobreza. Cuento japonés

‘Hace mucho, mucho tiempo, en algún lugar vivía una pareja que tenía muchos hijos.

Ellos a pesar de trabajar mucho vivían en la miseria y un día decidieron dejar de trabajar, cansados de ver que su situación no mejoraba en nada.

En el invierno ya no había ni arroz ni verdura.

Sus hijos dijeron: «Papá tenemos mucha hambre. Queremos comer algo.»

El les dijo: «Perdón. Yo y mamá hemos trabajado mucho pero no sé por qué somos pobres. Hablé con mamá y decidimos dejar el pueblo mañana por la mañana.»

Los hijos dijeron: «Sí. Vamos a irnos de aquí.»

Esa noche el padre vió a un hombre en la casa y se sorprendió mucho. «¿Quién eres?», preguntó.

El hombre le contestó: «Soy el dios de la pobreza.»

– «¿Eres el dios de la pobreza?»

– «Sí. He vivido mucho tiempo en esta casa.»

– «¿Y qué estás haciendo?»

– «Mañana por la mañana van a salir ¿verdad?. Yo también voy con ustedes. Por eso estoy haciendo unas sandalias de paja.

El padre preguntó: «¿Tú también vas a ir?»

El dios de la pobreza le contestó: «Sí. También viviremos en armonía en la nueva casa.»

El padre se sorprendió mucho y exclamó: «¡Vas a venir con nosotros!»

En la noche contó atolondradamente a su esposa lo ocurrido y le dijo: «Por eso somos pobres. Si él viene con nosotros se repetirá lo mismo. Mejor ya no nos vamos.»

Al amanecer el dios de la pobreza estaba esperándolos.

– «Tardan mucho en venir. Voy a hacer más sandalias de paja mientras espero.»

El dios de la pobreza esperó durante unos días e hizo muchas sandalias de paja. Disfrutaba mucho en hacerlas.

Al ver eso, se juntaron algunos aldeanos en torno al dios de la pobreza a quienes les gustaron mucho las sandalias. Este al recibir tantos halagos empezó a regalarlas.

El padre vió lo ocurrido y pensó en venderlas. Se llevó muchas sandalias al pueblo, las cuales se vendieron como «pan caliente». Recibió mucho dinero pero su situación no cambió – seguía tan pobre como siempre.

En ese momento se dió cuenta que seguiría siendo pobre mientras el dios de la pobreza viviese en su casa, así que decidió librarse de él.

Para ello llamó al dios y le dijo: «Con la venta de las sandalias he recibido mucho dinero y por eso te vamos a hacer una comida».

Esa noche la pasaron muy bien, comieron y bebieron mucho. El dios de la pobreza al ver todo eso dijo: «Como ustedes ya tienen mucho dinero yo no puedo seguir aquí en esta casa, así que esta noche me iré.»

Esa noche el dios salió de la casa y los esposos se pusieron muy contentos.

Antes de dormir, el padre decidió ir al baño, y en eso… «¿Aún estás aquí?.»

El dios de la pobreza dijo: «Me fui a otra casa pero, en ésta me siento muy bien por eso decidí regresar.»

Los esposos se miraron y pensaron – ¡Qué vamos a hacer! ¡Tendremos que vivir siempre con este dios!.

Este se la pasaba todo el día haciendo sandalias y para que continue, los esposos decidieron sembrar arroz, pues del arroz se obtenía la paja con la que las elaboraba.

Pasado un tiempo, los esposos se dieron cuenta que al menos no les faltaba arroz para comer.

Al final, nunca pudieron llegar a ser ricos, pero, vivieron felices para siempre.

¡Y colorín colorado este cuento se ha acabado!”

Leido en:
Página de Cuentos Japoneses de Haruna

Allí podrán leer otros cuentos japoneses.

Autor: AcuarelaDePalabras

Lecturas entre amigos...

8 opiniones en “El dios de la pobreza. Cuento japonés”

  1. El cuento está muy bien… Se enseña de forma sencilla una realidad presente del dia a dia que muchos de nosotros cerramos los ojos y no queremos ver, que está en nuestra sociedad y que no hacemos nada para solucionarlo, estamos dentro de este problema; y debería importarnos y hacer lo posible por que el Tercer Mundo pasara a ser primero.

    Por otro lado, el mensaje directo que nos transmite, es que en mi opinión, prefiero ser pobre, si así tengo riqueza en otras cosas. Se puede ser rico y feliz, pero si te das cuenta, en la mayoría de las ocasiones, tienes de todo y no estás satisfecho, no estás feliz, y quieres más. Piensa en esto, por que hay muchas cosas que no se pueden comprar ni con todo el oro del mundo.

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  2. guauuuu… tremendo cuento… uno mas que nos dice que ser pobre es lo mejor….
    que pasar miseria con alegria es lo mas sabio…lo mas hermoso lo mas noble… que barbaro… Una vez mas los mas ricos nos enseñan a ser pobres en todos los sentidos… y como borregos difundimos el conocimiento… Sabes cual es el indice de pobreza en el japon actual…? crees que esa basura de cuento representa la vertiente social del nipon actual…? mmmmm… definitivamente el alma y la carne no se llevan bien… Si… fueron felices llenos de dolor… que viva la miseria…
    Yo seguire buscando tener mas dinero…lo demas es… eso mismo…
    Abrazos….

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    1. Y hay muchos más «cuentos» que circulan por ahí enseñándonos a conformanos. Y casi nunca falta la mención de Dios/dioses, la promesa de otro mundo… de otra vida… Especialmente, la religión organizada viene haciendo esta tarea desde hace siglos.

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