Leyendo el periódico…
Las chicas superpoderosas, por Jorge Forno, para P12
“El descubrimiento de los antibióticos significó una verdadera revolución en las prácticas médicas… No era descabellado pensar que los sueños de alcanzar medicamentos cada vez más selectivos y eficientes para derrotar a las enfermedades causadas por bacterias se concretarían pronto…
Pero, como toda revolución que se precie, esta transformación de las prácticas médicas tuvo su contrarrevolución. Cuando parecía que los augurios esperanzadores se harían realidad y todo estaba perdido para las bacterias, estas aguerridas enemigas microscópicas echaron mano a mecanismos de defensa y adaptación muy eficaces, para hacer frente al surtido de fármacos con que la medicina buscaba contrarrestarlas…
…las bacterias se las han arreglado para impedir o disminuir la capacidad antibiótica de diversas sustancias. Muchas de ellas son capaces de romper –literalmente hablando– las moléculas de los antibióticos, convirtiéndolos en pobres e inútiles fragmentos. Otras provocan la destrucción o modificación de las moléculas de los antimicrobianos o los metabolizan y eliminan antes de que puedan hacer su trabajo. No faltan los microorganismos que logran modificar las moléculas por las que un antibiótico las reconoce, como si vistieran una especie de disfraz que no permite al fármaco encontrar a su blanco…
Y lo peor –por lo menos desde el punto de vista humano– es que las bacterias se ayudan entre ellas y utilizan sus mecanismos de transferencia genética para difundir la multirresistencia a cepas de otras especies bacterianas…
Las bacterias han hecho un digno trabajo de defensa y contraataque, pero los humanos les hemos brindado una buena –aunque involuntaria– ayuda. Prácticas abusivas en el uso de los antimicrobianos han colaborado en la selección de las bacterias resistentes. La automedicación, la prescripción incorrecta y la dispensación irresponsable, así como la interrupción de los tratamientos antes del tiempo estimado, se han sumado en una carrera de errores que llevó a generar o profundizar fenómenos de resistencia.
Pero no sólo es cuestión de la medicina humana. En las prácticas agrícolas y ganaderas también se han registrado abusos en el empleo de antibióticos…
Los agentes antimicrobianos representan un avance de proporciones: sin ellos no sería posible una multitud de prácticas médicas a las que hoy estamos acostumbrados como, por citar algunas, el control de infecciones hasta hace poco temibles y los trasplantes de órganos.
Pero la disponibilidad de este recurso científico debe ser administrada con suma responsabilidad, así se trate de la industria farmacéutica, los profesionales de la salud o los pacientes, para no hacerles el juego a unos pequeños pero versátiles enemigos que siempre están al acecho.”
De: Futuro-P12
Las negritas y otros formatos son producto de mi lectura personal.