27/11/2010
“Un informe del Centro de Estudios Mujeres y Trabajo devela que, a pesar de los muchos cambios en el acceso al trabajo, las mujeres siguen estando sobrerrepresentadas en las ocupaciones que se suponen típicamente femeninas: educación, cuidado y servicio doméstico. ¿Elección o destino impuesto?
Por Elisabet Contrera
… Según un informe del Centro de Estudios Mujeres y Trabajo de la Argentina, pese a que la población femenina ingresó a campos laborales no “tradicionales”, ser maestra sigue siendo para muchas mujeres la vía de preferencia para insertarse en el mundo del trabajo.
La investigación, dirigida por David Trajtemberg y Nora Goren, “Caracterización de la inserción laboral de las mujeres en el período 2003-2009” señala que uno de los puntos de análisis es “la segmentación horizontal” que relega a la mujer a “ocupaciones catalogadas como ‘típicamente femeninas’, que representan una continuación de las tareas que desarrollan habitualmente en los hogares”, define.
El resultado de la segmentación –sostienen los investigadores– se refleja “en una sobre-representación de las mujeres en las áreas de servicio doméstico, educación y salud”. Según las estadísticas relevadas para el informe, “en 2009, los sectores con mayor concentración de mano de obra femenina fueron: enseñanza (77 por ciento del empleo), servicios sociales y de salud (72 por ciento) y servicio doméstico (casi el 100 por ciento)”. “Estas ocupaciones concentran más del 40 por ciento de las mujeres con empleo”, advierten los especialistas.
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Para Estela Díaz, coordinadora del Cemyt, “la educación continúa siendo una profesión altamente feminizada. Las mujeres como educadoras ‘naturales’ del hogar pasan a ser las educadoras de esa segunda socialización”. En este contexto –analiza–, “la educación es una opción profesional y laboral para las mujeres, que opera de manera tal que cuando vamos a pensar en nuestros futuro laboral/profesional empezamos, en primer lugar, casi de manera inconsciente, por aceptar o descartar a la docencia”. Se trata de la famosa “segunda madre”, según el lugar común. “Casi como si fuera parte de una identidad femenina. Ser mujer, madre, docente o educadora están inscriptas en el ADN histórico de las formas de ser mujer en este mundo”, concluye.
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Para Mabel Sampaolo, secretaria de Género e Igualdad de Oportunidades de UTE-Ctera Capital, las condiciones en las cuales las mujeres tienen que ejercer la docencia en la ciudad de Buenos Aires son paupérrimas: bajos sueldos, demoras en el pago de los haberes, falta de capacitación en servicio, sobrecarga de tareas en las conducciones y poca diferencia monetaria con los cargos de base”, enumera. Y luego ejemplifica: “17 horas cátedra de escuela media equivalen a 25 (un cargo de jornada simple) de una maestra de grado. Aquí sigue persistiendo la diferencia histórica, seguimos siendo mano de obra barata”, denuncia la dirigente. …”