Tanto se habla de la Sabiduría… y a qué cosa se le llama así? El de abajo es un texto sobre las distintas concepciones /conceptualizaciones de la Sabiduría…
Los Siete Sabios de Grecia. Por Carlos García Gual (Vía xtec.es*)
La época y la significación de la sabiduría
- Evolución del término “sabiduría”
– Poetas y sabios
– Sabios, filósofos y sofistas - Tales de Mileto, el primero de los sabios
- Solón de Atenas, legislador y poeta (640- 560 a C)
“La época y la significación de la sabiduría.
Aparecieron en distintas ciudades, todas prestigiosas entonces: Tales era de Mileto, Bías de Priene, Pítaco de Mitilene, Cleobulo de Lindos (habitantes, pues, de la zona costera de Asia Menor, colonizada por jonios y eolios); Solón era de Atenas, Quilón de Esparta y Periandro de Corinto (es decir, de tres famosas póleis de la Grecia peninsular).
Según la leyenda, los sabios trabaron pronto relaciones de amistad, y se escribieron cartas y se reunieron en algún “banquete” a charlar, en Delfos, en Sardes o en Corinto.
Estos personajes representan un tipo de ciudadanos que traspasan su entorno local y se perfilan como portavoces de un espíritu panhelénico… Los Siete Sabios son figuras significativas de un tiempo bien marcado en el progreso de la civilización antigua: el de la emergencia de la inteligencia política, con la organización de las póleis en su marco institucional y legal, con el ocaso de las oligarquías aristotélicas y la fundamentación del orden cívico en leyes escritas y para todos. Es, sin duda, un momento de transición y crisis de valores, de convulsiones económicas y sociales profundas, de las que surge un nuevo orden y la creencia en la razón como medio para entender ese cosmos… En medio de esa revolucionaria época arcaica los sabios son paradigmas de sensatez.
De algún modo sus figuras contrastan con las de los héroes de antaño, rememorados por los cantos épicos y afincados en los mitos tradicionales. No son grandes guerreros, sino constructores de un orden social, gente de paz y de diálogo, de ciudad y de justicia… El triunfo no se logra ya mediante hazañas bélicas y estrépito de armas fulgurantes, sino a través de la habilidad y la inteligencia en el trato civilizado. En esas ciudades que prosperan con un comercio variado y que progresan en la administración de su economía, con instituciones cívicas nuevas… Marco histórico marcado por la colonización y la invención de la moneda… Ahí se destacan, junto a los poetas líricos y otros políticos audaces, los llamados sabios…
A finales del siglo VII las aristocracias locales se encuentran muy apuradas por las circunstancias sociales y económicas; la táctica política contribuye a un cambio no sólo de los hábitos marciales, sino de la estructura política general; la justicia va dejando de ser el monopolio de la clase dominante que interpretaba las leyes, y aparecen los primeros códigos escritos, a favor de la comunidad y no de los nobles; el comercio y la economía elevan a unos y arruinan a los aristócratas de antaño; los ideales sufren la presión del progreso. Si la gloria y el honor familiar marcaban las pautas de antaño, ahora importan también el respeto y la justicia, y también las ganancias y la riqueza adquirida.
Lo importante en este tiempo es la apreciación de que la riqueza no es ya la abundancia, el ploûtos, sino los bienes de uso, los chrémata, y que por ellos, se define un hombre. No por sus antepasados, ni por su valor para la guerra, sino por sus chrémata. El valer de un hombre se cotiza ya mediante un patrón lejano al de la época heroica y aristocrática en esta sociedad, arcaica, pero progresista.
La “sabiduría” en su praxis cívica es un arma para el medro y el enriquecimiento en estas comunidades abiertas a las técnicas y a las nuevas ideas, con afán comercial y gusto por el lucro y el progreso.
El sabio es el que domina una técnica, el que profesa la excelencia de un arte, y también el político que sabe manejar los asuntos de la polis con arte y sagacidad en un trato civilizado. Los sabios son útiles para la economía de las ciudades…
A veces los sabios intervinieron sólo como jueces o como consejeros en política, como Bías y el mismo Tales; en otros casos tuvieron un papel político muy claro e intervenciones históricas: Solón fue legislador en Atenas y su actuación marcó un hito en la historia de la ciudad, Pítaco fue nombrado árbitro de la situación –aisymnétes– en la revuelta Mitilene para actuar como dictador sobre las facciones enfrentadas, y Periandro heredó la tiranía en Corinto, ejerciendo un poder personal sin trabas en la próspera ciudad comercial.
El legislador, el dictador y el tirano dejaron una huella histórica memorable.
Evolución del término “sabiduría”.
1. La sabiduría primitiva es la capacidad de respuesta a las necesidades naturales: mediante su ingenio el hombre responde al reto planteado por un entorno hostil con la invención de las primeras técnicas agrícolas… Mediante esa habilidad el hombre logra escapar de la necesidad apremiante, la ananke, que en un comienzo le agobia.
2. Viene después la sabiduría del artífice, esa sophía productora de las artes y técnicas (unidas en griego bajo el término de téchnai). Es la éntechnos sophia prometeica, que permite avanzar más allá de la etapa anterior y encaminar el quehacer humano más allá de las limitaciones de la subsistencia elemental, hacia la belleza y el refinamiento de lo civilizado.
3. La tercera etapa es la de la sabiduría politiké o cívica, cuyo objetivo es el de asegurar la convivencia en un marco civilizador, el de las ciudades y las leyes y las virtudes cívicas. A esta etapa pertenecen los siete sabios, inventores de algunas politikàs aretás. Preceden a los sabios de las dos etapas siguientes, en los que la sophía se desliga de su aplicación práctica y se vuelve teoría, especulación acerca de la naturaleza terrena o supraterrenal.
4. Los sabios de la cuarta etapa son los physiólogoi, es decir, los presocráticos que, como los milesios, se dedicaron a la investigación de la naturaleza creadora, esa Physis demiourgiké, de la que todo surge y en lo que todo se resuelve.
5. Los de la etapa posterior son los filósofos que, trascendiendo el campo de la experiencia inmediata, elevan su reflexión hacia los objetos superiores, hacia lo divino, trascendente e inmutable. En su grado más alto recibiría el nombre de metafísica.
6. El sophós de ciertas escuelas helenísticas –de los cínicos, los epicúreos y los estoicos- es un ideal característico del individualismo y el desarraigo helenístico. Es un saber que lleva a la felicidad, basada en la virtud o en el placer bien administrado (según los códigos), pero en todo caso fundamentado en la autosuficiencia del individuo al margen de los demás. Este es el último tipo de sabiduría, desligada de la política, de la inventiva técnica e incluso de gran parte del bagaje científico anterior.
En las dos últimas etapas, la “sabiduría” es investigación, contemplación y meditación de los principios eternos y las esencias últimas.
Los siete sabios se encuentran en la zona central de este abanico de acepciones de la sophia. Está muy claro que algunos de ellos son por entero políticos, maestros de una ética cívica, legisladores y constructores del orden social, mientras que ya alguno, como el mismo Tales, anuncia el tipo del filósofo posterior.
Pero aun éste, Tales, dista de ser un mero científico, un mero observador desinteresado de la naturaleza universal, entregado por entero a la “vida contemplativa”, como lo será de un modo claro Anáxagoras. Incluso en una tercera y aun cuarta etapa el “sabio” (que entonces prefiere llamarse “filósofo” con una cierta modestia) no renuncia a ocuparse de la política, al menos en el plano teórico. Ejemplos de ello son Platón y el mismo Aristóteles. Pero su prestigio está en razón de su teoría y no de su influencia práctica o de su actuación real, a veces ineficaz.
Los siete sabios se hallan en un lugar de transición. Todavía son aceptados como guías de la comunidad por su saber, en el que lo intelectual no se disocia de lo político, y sus palabras sirven de máximas para todos. Más tarde el sabio es un individuo destacado por su saber, pero no acatado como maestro de ciudadanía.
La sophia que califica a los siete famosos está al servicio de sus ciudades y todos ellos gozan de un prestigio popular… Está claro que la insistencia de Sócrates en ser considerado como un buscador de la verdad, no un representante de la sabiduría, en oposición a los sofistas, marca un apartamiento de esa tradición en que el sabio aparecía como un didáskalos tés aretes, un maestro de excelencia, al decir de Protágoras. El rechazo de la opinión general, la doxa, como criterio de referencia valorativa, hace que el filósofo se sitúe como un individuo marginal, un tipo a menudo paradójico, respecto a sus conciudadanos, dentro o fuera de su ciudad. Pero ni aun así renuncia a desempeñar su papel de guía de la comunidad hacia el objetivo general: una existencia justa y feliz. Platón no participa en la política de su tiempo; pero escribe La República y las Leyes y gran parte de su extensa obra con intención de educar políticamente a sus contemporáneos. Aristóteles, un meteco en Atenas, sin derechos de ciudadanía y, por tanto, sin capacidad para actuar políticamente, reflexiona y estudia las constituciones griegas para dar a sus convecinos unos documentados consejos cívicos.
La ética está en el mundo griego unida siempre a la política, por lo menos hasta el helenismo. Es en esta época, después de Alejandro Magno, cuando se perfile otro tipo de sabio y de sabiduría. Un sexto tipo de sabio.
Poetas y sabios
Hay, además, otros sophoí: los poetas, antiguos competidores de los filósofos. Puede alegarse que ellos son intérpretes de un saber no enteramente racional ni personal; pero en Grecia, tanto en la época arcaica como en la clásica, los poetas son los profetas de una sabiduría solemne y prestigiosa, tradicional y política también… En el avance crítico (marcha del mythos al logos) los poetas quedarán marginados por los filósofos como buscadores e intérpretes de la verdad.
El saber, en todo caso, se va haciendo en los pensadores posteriores a los Siete Sabios cada vez más abstracto y crítico…
Pero también los poetas tienen encomendada la misión de “decir la verdad”, y son, en consecuencia, calificados de sophoi, “sabios”…
Desde Homero a Platón, de una “verdad” tradicional, religiosa, se ha avanzado hacia Continuar leyendo «Sabiduría o sabidurías…»