Sí, me pasa muy seguido esto de meterme en una tela,
O un papel blanco inmaculado. Pero no entro sola.
Llevo varios colores en bolsillos y tantos pinceles
Que no puedo sostener con una mano.
Espero que sol se ponga.
Lo espero en silencio, imaginando trazos.
Y ahí está.
Lo veo desarmándose en el horizonte,
Dejando parte de sí mismo en cada cosa,
Alejándose, guardándose.
Saco mi atril y espero un momento más:
Cuando todo se tiñe de rosa, ésa es mi entrada.
Ya están en la paleta la gama de violáceos.
Un rosa, un poco de morado, el infaltable blanco
Grises avanzan entre destellos de azul.
Espaciados amarillos se dibujan.
Es el sol,
Se despide por hoy.
Hasta mañana.
V.C.