Sentir la unicidad (en un texto de Fromm)

Compartiendo lecturas…

“… Por grandes que sean las diferencias entre el taoísmo, el budismo, el judaísmo de los profetas y el cristianismo de los Evangelios, estas religiones tienen un objetivo común: llegar a la experiencia de la unicidad no retrocediendo a la existencia animal sino haciéndose plenamente humano -unidad con el hombre, unidad entre el hombre y la naturaleza y unidad entre el hombre y los demás hombres. 

En el breve período histórico de 2500 años, el hombre no parece haber hecho muchos progresos hacia el objetivo postulado por estas religiones. 

La inevitable lentitud del desarrollo económico y social, más el hecho de que las religiones fueran cooptadas por aquellos cuya función social era mandar y manejar a los hombres parece explicarlo. Pero el nuevo concepto de unidad era un hecho tan revolucionario en la evolución psíquica del hombre como la invención de la agricultura y la industria para su evolución económica. Y no se perdió del todo la idea tampoco; nació a la vida en las sectas cristianas, entre los místicos de todas las religiones, en las ideas de Joaquín de Fiore, entre los humanistas del Renacimiento y en forma secular en la filosofía de Marx.

La alternativa entre modos regresivos y progresivos de lograr la salvación no es sólo sociohistórica.

Cada individuo se encuentra ante el mismo dilema; su margen de libertad de no escoger la solución regresiva en una sociedad que ya la escogió es ciertamente pequeño … pero existe.

Más se requiere el esfuerzo grande, el pensamiento claro y la guía de las enseñanzas de los grandes humanistas. (El mejor modo de entender la neurosis es como la contienda entre estas dos tendencias dentro del individuo; el análisis a fondo de carácter conduce, cuando es venturoso, a la solución progresiva.) …”

Leído en: Antomía de la destructividad humana, Cap. 10, por E. Fromm, 1974. 

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