Buenos consejos…
“Debemos dar las gracias, día a día, a quien:
- Inesperado y oportuno supo escucharte y comprender qué es lo que sentías y pensabas.
Lo descubriste un día y “se quedó en tí” todo el resto del tiempo.
- Te ayuda a develar tu riqueza interior.
Con su gran bondad te hizo ser sencillo.
- Corrigiéndote con cariño, te ayudó a caminar.
Con sus muestras incansables de fuerza y energía, te animó a luchar.
- Sin cansarse y perseverando, siempre esperó lo mejor de tí.
Te exigía siempre haciéndote crecer en la grandeza.
- Te hace sentir importante cuando es él quien, en realidad, necesita de tí.
Estando lejos, lo sentiste siempre cerca.
- Con su desacuerdo, te hace descubrir la verdad de tu pensamiento.
Sabes que te quiere y siempre te espera, puedas llegar rápida o lentamente.
- Siempre te anima a ver lo positivo de cada situación de la existencia.
Te quiere como eres animándote a crecer.
- Con su necesidad de tí, hizo que te sintieras “único/a” para él/ella.
Con su forma de ser, te ayudó a ser más humano, más sencillo, más sensible.
- Con su experiencia espiritual interior, te ayudó a conocer a Dios y a tener una “verdadera” experiencia de vida.”
Leído en: Agradecer es crecer/Rev. Predic./Junio2012