Con humor vamos sobrellevando el diario trajinar con los demás…
Un breve relato que os animará a ir caminando por las calles:
“El viaje en autobús ha transcurrido con una lentitud exasperante. Un atasco inoportuno les ha retrasado media hora. El autobús se hundía en las arenas movedizas de la gran ciudad. Los pasajeros se quejaban, a veces con crudeza, otras con resignada gracia. Uno de ellos ha dicho en voz alta que tenía hambre, que sería capaz de comerse a un conductor de autobuses. El conductor del autobús le ha ofrecido al caníbal su propio bocadillo envuelto en papel de aluminio, que el pasajero ha rechazado no sin antes interesarse de qué era:
– Carne de pasajero impaciente.
Carcajada general en el autobús.”
(Juan Bonilla: “Las alegres comadrejas del windsurf”)