De una vieja tarjeta postal…
Me preguntas qué es la madre?
Junta el perfume de todas las flores
y el arrullo de todas las alas;
la firmeza de todas las montañas
y la inquietud de todos los ríos;
la frescura de todos los valles
y la mirada de todas las estrellas;
la caricia de todas las brisas
y el beso de todos los labios.
Todo guardado por Dios
en un corazón de mujer:
ESO ES LA MADRE.
Monseñor Dr. Antonio María Barriers (Arzobispo de Montevideo)
La imagen: MercadoLibre/tarjetas antiguas
Abajo, en los Comentarios, más poemas alusivos que vamos encontrando.
hermoso rescate…lo guardaré gracias
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La madre. Eduardo Galeano.
«Una zapatilla Adidas,
una carta de amor de firma ilegible,
diez macetitas con flores de plástico,
siete globos de colores,
un delineador de pestañas,
un lápiz de labios,
un guante,
una gorra,
una vieja fotografía de Alan Ladd,
tres tortugas ninja,
un libro de cuentos,
una maraca,
catorce broches de pelo
y unos cuantos autitos de juguete forman parte del botín de una gata que vive en el barrio de Avellaneda y roba en el vecindario.
Deslizándose por azoteas y cornisas, ella roba para su hijo, que es paralítico y vive rodeado de esas ofrendas mal habidas.»
De su libro «Bocas del Tiempo».
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Poesía el caballo Blanco – León Felipe
Madre… no me riñas,
que ya nunca vuelvo a ser malo…
No me riñas, madre…
que ya no vuelvo a llenarme de barro.
Madre… no me riñas,
que ya no vuelvo a manchar mi vestido blanco.
Madre…
cógeme en tus brazos…
acaríciame,
ponme en tu regazo…
Anda… Madre mía,
que ya nunca vuelvo a ser malo.
Así…
Y arrúllame y cántame… y bésame…
duérmeme… apriétame en tu pecho
con la dulce caricia de tus manos…
anda… madre mía
que ya no vuelvo a llenarme de barro.
Madre…
¿verdad que si ya no soy malo
me vas a comprar
un caballo blanco
y muy grande,
como el de Santiago,
y con alas de pluma,
un caballo que corra y que vuele
y me lleve muy lejos… muy alto… muy alto…
donde nunca pueda
mancharme de barro
mi vestido nuevo,
mi vestido blanco?…
¡Oh, sí madre mía…
cómprame un caballo
grande
como el de Santiago
y con alas de pluma…
un caballo blanco
que corra y que vuele
y me lleve muy lejos… muy alto… muy alto…
que yo no quiero otra vez en la tierra
volver a mancharme de barro.
LEON FELIPE, poeta español.
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Vía blocdejavier
Vestir a mi madre. Begoña Abad
Un día sucede, sin aviso,
que te agachas definitivamente,
a ras de suelo,
que tocas sus pies, los descalzas,
que comienzas a mirarla desde abajo,
sin verle los ojos,
comienzas a vestirla y ella se deja
apoyando sus manos en tus hombros.
Y no sucede nada más
y sin embargo tú percibes su derrota
y comienzas a amarla de otro modo,
vencida tú también, ambas vencidas
y el tiempo comienza la cuenta atrás.
Autor: Begoña Abad
Leído en: https://blocdejavier.wordpress.com/2016/11/26/vestir-a-mi-madre/
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Sólo tú
Sólo tú, madre,
llamas gesta a mi derrota.
El vacío de mi sueño
cancerbero* de las sombras
mientras tejes con ternura
bufandas para la escarcha.
Autor: Javier Solé
Leído en: https://blocdejavier.wordpress.com/2018/08/01/solo-tu/
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Miguel de Unamuno, escritor y filósofo español perteneciente a la generación del 98, nos dejó el poema «Madre, llévame a la cama».
Madre, llévame a la cama.
Madre, llévame a la cama,
que no me tengo de pie.
Ven, hijo, Dios te bendiga
y no te dejes caer.
No te vayas de mi lado,
cántame el cantar aquél.
Me lo cantaba mi madre;
de mocita lo olvidé,
cuando te apreté a mis pechos
contigo lo recordé.
¿Qué dice el cantar, mi madre,
qué dice el cantar aquél?
No dice, hijo mío, reza,
reza palabras de miel;
reza palabras de ensueño
que nada dicen sin él.
¿Estás aquí, madre mía?
porque no te logro ver…
Estoy aquí, con tu sueño;
duerme, hijo mío, con fe.
Más poemas en:
Un poema a la madre
https://acuarela.wordpress.com/2014/10/15/poema-a-la-madre/
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