Gandhi y el concepto de la no violencia (ahimsa)

Mohandas Karamchand Gandhi nació el 2 octubre de 1869, en la ciudad hindú de Porbandar.

Desde El Historiador*, unas palabras de él:

gandhi1«Para mí la no violencia, como la verdad, es mi eterno credo para cualquier actividad. Que con frecuencia fracaso en actuar de acuerdo con ella en muchas actividades, en mis ocupaciones con la familia subhumana, prueba mi debilidad; no puede ni debe afectar la verdad de mi credo o mi fe en él. No soy sino un débil aspirante, siempre fracasando, siempre intentando. Mis fracasos me vuelven más atento que antes e intensifican mi fe. Puedo ver con el ojo de la fe que la observancia de la doble doctrina de la verdad y la no violencia tiene posibilidades de las cuales tenemos un concepto muy inadecuado.

Al respecto nos escribe un lector: “Puedo entender el ahimsa individual. El ahimsa grupal entre amigos también es inteligible. Pero usted habla del ahimsa frente a los enemigos. Esto es un espejismo. Sería muy gentil de su parte si abandona ésta su obstinación. Si no lo hace, perderá la estima de que goza. Lo que es peor, usted, que es considerado un Mahatma 1, descarría a muchas personas crédulas a su propia desgracia y a la de la sociedad”.

La no violencia que sólo un individuo puede utilizar no es de mucho uso en términos de una sociedad. El hombre es un ser social. Sus logros, para ser de utilidad, deben ser tales que cualquier persona con diligencia suficiente pueda obtenerlos. Aquella que sólo puede ser ejercitada entre amigos es de valor sólo como un vislumbre de la no violencia. “La enemistad se desvanece ante el ahimsa”, es un gran aforismo. Significa que la más grande enemistad requiere una igual medida de ahimsa para ser abatida. El cultivo de esta virtud puede requerir una práctica repetida, extendida aun a varios nacimientos. No por ello se vuelve inútil. Transitando la ruta del peregrino encontrará día a día una experiencia más rica, de manera que podrá tener un vislumbre de la belleza que verá en la cumbre. Esto se agregará a su deleite. Nadie tiene derecho a inferir de esto que el camino sea una continua alfombra de rosas sin espinas. Un poeta ha cantado que el camino para alcanzar a Dios sólo empieza a ser un derecho para los más bravos, nunca para los tímidos.

Hoy día la atmósfera está tan saturada de veneno que uno rehúsa recoger la sabiduría de los antiguos y comprender la diversa experiencia del ahimsa en acción. “Un comportamiento maligno es neutralizado por uno benigno”, es un sabio aforismo de la experiencia diaria en la práctica. ¿Por qué no podemos ver que si la suma total de las actividades del mundo fuera destructiva, éste habría terminado tiempo ha? El amor, o de otra manera el ahimsa, sostiene nuestro planeta.

Debemos admitir esta abundancia. La gracia de la vida ha sido esforzadamente cultivada de manera natural, pues es una fuerza ascendente. El descenso es fácil, no así el ascenso. Al ser indisciplinados una gran mayoría de nosotros, nuestra experiencia diaria es la de pelear o renegar entre sí con el más mínimo pretexto. Ésta, la pródiga gracia del ahimsa, descenderá fácilmente sobre el poseedor de una ardua disciplina.

Considero así al ahimsa una de las más grandes dádivas de Dios. Y las dádivas de Dios son la herencia común de su creación y no un monopolio de monjes o monjas de claustro. Ellos pueden especializarse en no violencia, pueden enseñarnos sus maravillosos efectos, pero si sus descubrimientos y sus pretensiones son sólidos, deben ser adaptables a las masas. Si la verdad no es un monopolio de los pocos, ¿por qué lo sería la no violencia que es su contraparte? Mi humilde estudio de las Escrituras del mundo me ha llevado a la creencia de que todas registran un enfático e inequívoco testimonio en favor de la no violencia y su práctica por todos y no simplemente en forma individual sino también colectiva. Con toda humildad, a menudo he sentido que no teniendo armas con que acosar, y teniendo por naturaleza una mente desapegada, ofrezco una interpretación verdadera de las escrituras indias, cristianas, islámicas u otras. Por este humilde título, preveo la indulgencia de los sanatanis 2, cristianos y musulmanes.»

(Extraido de las publicaciones “Harijan” y “Young India”, citados en el libro “In search of the suprem”, volumen II, de M. K. Gandhi, Navajivan Publishing House, India, 1961. Selección y traducción del inglés de Gustavo E. Canzobre.)

Referencias:
1 Literalmente “gran alma”. Nombre dado a los grandes maestros del hinduismo. (N.T.)

2 Seguidores de la “Sanatana-Dharma” o religión eterna del hinduismo. (N. T.)

Fuente: * http://www.elhistoriador.com.ar
http://www.elhistoriador.com.ar/articulos/miscelaneas/gandhi_y_la_no_violencia_ahimsa.php

Autor: AcuarelaDePalabras

Lecturas entre amigos...

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