Miguel Hernández: 10 poemas

30 de Octubre de 1910, su natalicio.

«Recordar a Miguel Hernández que desapareció en la oscuridad y recordarlo a plena luz, es un deber de España, un deber de amor. Pocos poetas tan generosos y luminosos como el muchachón de Orihuela cuya estatua se levantará algún día entre los azahares de su dormida tierra. No tenía Miguel la luz cenital del Sur como los poetas rectilíneos de Andalucía sino una luz de tierra, de mañana pedregosa, luz espesa de panal despertando. Con esta materia dura como el oro, viva como la sangre, trazó su poesía duradera. ¡Y éste fue el hombre que aquel momento de España desterró a la sombra! ¡Nos toca ahora y siempre sacarlo de su cárcel mortal, iluminarlo con su valentía y su martirio, enseñarlo como ejemplo de corazón purísimo! ¡Darle la luz! ¡Dársela a golpes de recuerdo, a paletadas de claridad que lo revelen, arcángel de una gloria terrestre que cayó en la noche armado con la espada de la luz!» (Miguel Hernández visto por Pablo Neruda – vía Instituto Cervantes)

 

10 de los imprescindibles poemas del autor, centrado en un estilo que se denominó ‘poesía de guerra‘ y del que es uno de los principales referentes: 

(vía blog El Desgranante -que con una de sus Entradas me lo hizo recordar-, DiarioInformación* y Wikipedia**)

Cancionero y romancero de ausencias

mhernandezPor las calles voy dejando
algo que voy recogiendo:
pedazos de vida mía
venidos desde muy lejos
Voy alado a la agonía
arrastrándome me veo
en el umbral, en el fundo
latente de nacimiento

Llamo a la juventud

Sangre que no se desborda,
juventud que no se atreve,
ni es sangre, ni es juventud,
ni relucen, ni florecen.
Cuerpos que nacen vencidos,
vencidos y grises mueren:
vienen con la edad de un siglo,
y son viejos cuando vienen.

Sentado sobre los muertos

Sentado sobre los muertos
que se han callado en dos meses,
beso zapatos vacíos
y empuño rabiosamente
la mano del corazón
y el alma que lo mantiene.
Que mi voz suba a los montes
y baje a la tierra y truene,
eso pide mi garganta
desde ahora y desde siempre.

Canción última

Pintada, no vacía:
pintada está mi casa
del color de las grandes
pasiones y desgracias.
Regresará del llanto
adonde fue llevada
con su desierta mesa,
con su ruinosa cama.
Florecerán los besos
sobre las almohadas.
Y en torno de los cuerpos
elevará la sábana
su intensa enredadera
nocturna, perfumada.
El odio se amortigua
detrás de la ventana.
Será la garra suave.
Dejadme la esperanza.

Tristes guerras

miguelhernandezTristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.
Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.
Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.

Jornaleros

Jornaleros que habéis cobrado en plomo
sufrimientos, trabajos y dineros.
cuerpos de sometido y alto lomo:
jornaleros.
Españoles que España habéis ganado
labrándola entre lluvias y entre soles.
Rabadanes del hambre y del arado:
españoles.
Esta España que, nunca satisfecha
de malograr la flor de la cizaña,
de una cosecha pasa a otra cosecha:
esta España.

Escribí en el arenal

Escribí en el arenal
los tres nombres de la vida:
vida, muerte, amor.
Una ráfaga de mar,
tantas claras veces ida,
vino y los borró.

El rayo que no cesa

¿No cesará este rayo que me habita
el corazón de exasperadas fieras
y de fraguas coléricas y herreras
donde el metal más fresco se marchita?
¿No cesará esta terca estalactita
de cultivar sus duras cabelleras
como espadas y rígidas hogueras
hacia mi corazón que muge y grita?

Las manos

Dos especies de manos se enfrentan en la vida,
brotan del corazón, irrumpen por los brazos,
saltan, y desembocan sobre la luz herida
a golpes, a zarpazos.
La mano es la herramienta del alma, su mensaje,
y el cuerpo tiene en ella su rama combatiente.
Alzad, moved las manos en un gran oleaje,
hombres de mi simiente.

Vientos del pueblo me llevan

Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.
Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.

Miguel Hernández en Wikipedia**: http://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_Hernández

 

Una minibiografía (vía DiarioInformacion*):

«Miguel Hernández Gilabert nació un 30 de octubre de 1910 en Orihuela, en el lecho de una familia humilde en la que la necesidad laboral apenas dejaba tiempo para la educación. Pero eso no impidió a Miguel desarrollar un exquisito gusto por la poesía clásica española.

Un fatídico día 28 de marzo, Miguel Hernández fallecería a la edad de 32 años en Alicante. Corría el año 1942, y España se quedaba sin uno de los mejores dramaturgos de su historia. … hacemos un repaso de la vida y obra de Miguel Hernández, con 10 de sus poemas imprescindibles.

Desde jovencito, Miguel mostró no sólo una insaciable pasión por la poesía clásica, si no también una sensibilidad especial para ser él mismo quien la compusiera. Pronto empieza a formar parte de la tertulia literaria de Orihuela, donde conoce a Ramón Sijé, de quien se haría gran amigo.

A partir de 1930, a la edad de 20 años, empieza a publicar pequeñas poesías cortas en revistas como El pueblo de Orihuela o El Día de Alicante. Pronto busca ampliar sus horizontes y viaja a Madrid, donde se zambullirá de pleno en el movimiento poético de la época. Es en aquellos años cuando escribe Perito en Lunas, donde refleja sus experiencias.

Establecido en Madrid, con continuas colaboraciones en distintas revistas, Miguel Hernández encuentra tiempo para escribir varias obras, entre las que destacan El silbo vulnerable, Imagen de tu huella y El rayo que no cesa.

Cuando estalla la Guerra Civil, Miguel decide tomar parte activa de la misma, lo que le obliga a abandonar el país cuando ésta termina. Por desgracia es descubierto en la frontera con Portugal, donde es detenido y sentenciado a pena de muerte. Y, aunque su condena fue conmutada por una pena de 30 años de prisión, jamás llegó a cumplirla, ya que la tuberculosis acabó con el poeta el 28 de marzo de 1942 en una fría prisión de Alicante…»

Leído en: http://www.diarioinformacion.com/cultura/2016/03/31/diez-poemas-imprescindibles-miguel-hernandez/1744803.html

30 de octubre de 1983 se volvía a votar en Argentina

… después de una larga «noche».  Aún hay mucho qué aprender del vivir en Democracia, siendo que los intereses «golpistas» -no bien visualizados- también van aprendiendo otras maneras -inclusive «democráticas»- de acceder al poder

alfonsisnpresidente

«…Tras la derrota en las islas Malvinas del 14 de junio de 1982, el futuro de la dictadura militar que regía el país desde 1976 estaba marcado… El peronismo … todavía cargaba con el peso de estar gobernando al momento del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976… Raúl Alfonsín … dirigente político de moral intachable e ideales en pos del pueblo. Fue uno de los presidentes con menos patrimonio económico en el lecho de muerte y hace … años prendía la mecha de una flama que tiene que ser eterna, que nunca debe ser callada. La llama de la voz. La llama del voto. La llama de la libertad. La democracia. Que grite para siempre.»

Leído en: HechoDeshecho/Los argentinos volvemos a votar después de una larga noche (allí, el texto completo de Gabriel García).

María (la haraposa). Eolo Pons

Mirando pinturas

«El paisaje, por ejemplo, dice cosas, entonces, para realizarlas hay que tener un oficio, saber componer, valorarlo, es decir darle el sentido plástico. Porque uno siente emoción pero ¿cómo canaliza esa emoción o ese sentir de la vida a través de formas y colores? Solo trabajando, organizando.» (En: http://eolopons.com/)

p-eoloponsharaposa

María (Haraposa de Parque Patricios-Buenos Aires), por: Eolo Pons  Categoría: Pintura  Técnica: Óleo  Medidas: 160 x 100 cm.  Año: 1977
Visto en: http://www.elarteargentino.com/eolopons.php

Islandia, 1975: El día en que las mujeres hicieron huelga (The Guardian)

Artemuros

Islandia 

El día en que las mujeres hicieron huelga

10/10/2016 | Annadis Rudolfsdottir

huelga-mujeres-islandia-1975

El 24 de octubre de 1975, el 90 % de las mujeres islandesas se negaron a trabajar, cocinar y cuidar a los niños. El efecto fue increíble, como nos recuerda Annadis Rudolfsdottir.

Gudrun Jonsdottir todavía recuerda lo que llevaba puesto el 24 de octubre de 1975. Contaba 21 años de edad, era recién casada y tenía un niño pequeño; ese día no pensaba cocinar, limpiar ni ir a trabajar. Tampoco mi madre, ni las madres de mis amigas, las empleadas de los supermercados, las maestras… en suma, alrededor del 90 % de las mujeres de Islandia. Una vecina, madre de tres niños revoltosos, se fue de casa a las ocho de la mañana y no volvió hasta el anochecer, dejando a la familia que se las compusiera por sí misma. Curiosamente, pese a que la sociedad islandesa quedó casi…

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