Desde letraseneltejado, otro poema que viene a vernos…
El poeta muerto vino ayer a verme
vestido de negro y helada la frente.
No vino a caballo, solo por la suerte.
Saltando en un verbo para mi rebelde
traspasó la puerta, logró sorprenderme.
Sentado en la esquina, casi sin moverse
me palpó la mano, secuestró mi mente.
Habló que en el limbo de donde procede,
un ilustre ejercito de escritores vierte
poesías al mundo usando a otros entes.
¡Estaba tan pálido! ¡Quien no iba a creerle!
Sus dedos delgados entre mis papeles
hurgaban sin frenos mi escritura débil;
señalando al tiempo lo que no se debe,
frases sin sentidos, otras no prudentes.
Me dijo, quería alentar mis quehaceres…
Pregunté su nombre… Respondió:
Si inviertes tú tiempo, en mi historia,
tu poesía muere.
Mejor canalízame, usa mi mente…
Que no es solo mía, también de otros seres…
Cervantes me habita, también lo hace Becker,
un tal Federico, Lord Bayron, mil…
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