Rechazar una invitación

La resistencia debería llevarse adelante sin convertirse en funcional al poder que confronta… 

La Noche de la Filosofía (C.A.B.A.), por Ariel Espasa, para Revista La Barraca*.

«Diego Tatián, uno de los más prestigiosos pensadores de nuestro país, respondió con una contundente negativa a la invitación efectuada por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para participar de la “La noche de la filosofía”.

“El pensamiento no puede estar de fiesta mientras la Argentina es entregada al saqueo económico, cultural y moral por el mismo gobierno que invita a la fiesta argumentó en su misiva el mediterráneo.

Es que el evento se anuncia como una “fiesta” de la filosofía.

Ante esta invitación a participar, a Tatián se le presentaban múltiples posibilidades, entre ellas, presentarse y exponer haciendo eje en su posición expresada más arriba, con la posibilidad de debatir o no en diferentes posibles mesas sobre el tema.

Otra de las opciones consistía en no concurrir y explicar por escrito públicamente el por qué de su decisión, cosa que hizo.

Podría haber optado por otras.

Subiéndonos al vagón de cola del prestigioso decano de la UNC podríamos, además de aplaudirlo, permitirnos repensar una vez más sobre las diferentes formas de participación, de divulgación de ideas y en definitiva, en que espacios se debe debatir, en particular cuando se trata de propiciar ideas asociadas a la soberanía popular.

Michel Foucault sostenía que donde hay poder hay resistencia, y que esa resistencia debía llevarse adelante sin convertirse en funcional al poder que confronta, es decir, la resistencia que el poder concentrado necesita para potenciarse. El poder necesita de la resistencia para aglutinar fuerzas y garantizar el control.

Discernir cuando sin buscarlo se puede propiciar la funcionalidad al poder de turno y cuando no, no es una tarea a priori sencilla.

La tentación a intervenir, responder y confrontar no necesariamente es prolífica en el sentido esperado.

Slavoj Zizek afirma que hay momentos para actuar y otras para resistir, y que esta época (haciendo referencia a los movimientos de izquierda) que transitamos está signada por la segunda.

Vivimos tiempos posmodernos (vocablo más que polémico) donde se proclama el fin de la historia, de los grandes relatos, la muerte de Dios, la no verdad y el fin de las utopías, donde la izquierda clásica parece derrumbarse, cuando se decreta el fin de las ideologías, donde todo es estética y el contenido o sentido pierde su valor, con tibios intentos de reformulación utópica que se multiplican en el más claro sentido soteriológico, que podría parecer en algunos aspectos, algo análogo al período helenístico que desembocó en el cristianismo.

Posmarxismo, izquierda lacaniana, posverdad son aún incipientes intentos de tránsito hacia quien sabe donde.

Fredrick Jameson, profundo interprete de la actualidad, digno representante de la izquierda norteamericana, afirma que todo este síndrome nihilista está pergeñado y fogoneado por los centros de poder, de forma tal que sin ideologías, con sociedades masmediatizadas, la “fiesta” es y será de algunos.

El resto no tenemos nada que festejar.

Sin embargo, nosotros hemos sido capaces de crear una versión local, la tan mentada “grieta” de nuestra sociedad. ¿El paroxismo de la funcionalidad?

En cada posible intervención, corremos el riesgo de caer en esa inconsciente complicidad con la oligarquía autóctona, bicentenaria ya, y sus pares multinacionales.

Tácitamente, (y esto corre por mi cuenta) tal vez Tatián, mucho más capacitado para tomar posición, nos esté diciendo que en determinados lugares y en determinados momentos, no hay que debatir, interpretando de alguna manera esta cuestión de un modo cercano al del esloveno.

Aunque también su negativa podría deberse a la gráfica que promociona el evento, donde se muestra a unos personajes barbudos, algunos fumando en pipa, de rasgos platónicos, todos bebiendo y brindando, burda degradación de tan milenaria práctica.

O tal vez porque se desarrolla durante la noche; aquel que pudiera ser productivo a las tres de la madrugada, con varios brindis encima, merecería el mayor de los reconocimientos.»

Leído en:  *La noche de la Filosofía, Revista La Barraca, Jun 6, 2017
http://revistalabarraca.com.ar/la-noche-la-filosofia/

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