que como toda mujer hubo oficios de aprender: hortelana y niñera, madre, nodriza, partera y, como todas, aquí, por las leyes maltratada, pretendo sea respetada nuestra forma de vivir, por ello os he de decir: Un Papa nos extramura, un rey de turno obedece y ordena a sus feligreses ficción de ley con premura: disfrazar la dictadura.
El marqués José Vicente sostiene razón prudente: fetismo no es humanismo. Hombre que piensa lo mismo que mujer, es un valiente. Entonces, pues, aclaremos esta fiera confusión este apriete, esta opresión por si alguna vez dudamos; puede que sí pues estamos en tierra tan singular que penaliza abortar cuando la experiencia enseña que la mujer es la dueña de no desear maternar. Sueña la iglesia que sabe, y vive con este engaño mandando, disponiendo y gobernando y a todo mundo prohibe discutir lo que prescribe: qué delicia es permitida, cuál guerra es una Cruzada, qué gente es la inadecuada y –vaticana y protegida– cuándo comienza la vida. ¿De qué vida conversamos? Flores, pájaros, verduras, animales de pastura, son vida y no nos culpamos cuando esa vida acabamos. No se tome esto a broma: una pluma no es paloma, la semilla no es zapallo y simiente no es caballo. Hablemos, pues, de persona. La idealización no evita conocer algo profundo: persona se es en el mundo –aunque sea pequeñita– si en otro cuerpo NO habita.
¿Es lo humano una ilusión, una sombra, una ficción? ¿La raicilla, es rabanito? ¿Es la yema un pollito? ¿Tiene un huevito razón? ¿Es la masa un pan horneado? ¿Un poroto, es un guisado? ¿Es un choclo carbonada o la aceituna empanada? ¿La escama, es un pescado? Tanto ejemplo no es en vano, el semen no es un enano, el óvulo no es doncella, cigoto no es vida bella, EMBRIÓN NO ES SER HUMANO.
Hilda Rais (Buenos Aires, 1951 – Buenos Aires, 2016) fue una escritora, poetisa y activista de género argentina. Integró la comisión que logró la sanción de ley de patria potestad compartida en 1985, último eslabón para el logró de la igualdad jurídica del hombre y la mujer en Argentina. Integró grupos de acción feminista y de derechos humanos relacionados con la diversidad sexual… (Wikipedia)
CUANDO LAS MUJERES DIJERON UFA /Página 12 /suple Las 12
Hace 40 años –cuando aún no existía la ley de divorcio, la patria potestad la ejercía el padre y la palabra aborto apenas se susurraba– un grupo heterogéneo de mujeres fundó la Unión Feminista Argentina, a la que se sumó prontamente la entonces adolescente Hilda Rais, quien participó en múltiples actividades dentro del naciente movimiento, y paralelamente desarrolló una carrera literaria escribiendo varios libros colectivos, dictando originales talleres y, sobre todo, produciendo tres volúmenes de acrisolada, admirable poesía… (La nota en: https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-5425-2010-01-08.html)
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«Diego, Walter Benjamin, el norte y el sur – Un congreso de filosofía en Alemania y una pelea de alto voltaje sobre Maradona, el insolente capaz de plantársele a los poderosos del futbol, de la economía y del espectáculo circense. Por Ricardo Forster*
Foto: Página/12
(Primeramente, el autor nos contextualiza acerca de cuándo y cómo ocurre lo que pasa a relatar) «… Fue precisamente en uno de esos almuerzos, que en esa ocasión compartimos concuatro académicos italianos, cuando el nombre de Maradona rompió la serena conversación de filósofos que hablaban de Benjamin y sus múltiples derivas que nos podían llevar a la Alemania nazi o a la revolución rusao a recorrer las estéticas del barroco o a la experiencia del exilio y el suicidio. Una conversación fluida, algo erudita pese a ciertos desajustes idiomáticos, amablemente intensa pero sin asomo de conflictos o disidencias hasta que, ya no recuerdo quien -sospecho que fuimos los argentinos los que rompimos la monotonía académica- deslizó la palabra fútbol y, como no podía ser de otro modo, eso derivó en las campañas del Napoli y en la demasiado reciente eliminación de Italia en el mundial que ellos mismos habían organizado imaginando una final entre Italia y Alemania sin siquiera poder soñar la pesadilla de Goycochea atajando penales y un relator italiano inmortalizando el “siamo fuori” mientras Maradona y sus compañeros se abrazaban en un estadio napolitano en completo silencio sufriendo por la eliminación de la azzurra y, secretamente, disfrutando con el colosal triunfo del Diego que volvía a concretar una hazaña inimaginable.
Tres de los italianos eran del norte, uno de Milán, otro de Turín y, si no recuerdo mal, el tercero de Florencia; el cuarto era de Nápoles. Nicolás y yo hicimos una cerrada defensa de Maradona y, para nuestra sorpresa e incredulidad, los tres italianos del norte dejaron su amabilidad y comenzaron a descalificar a Diego con palabras cargadas de resentimiento y racismo.En ellos ya no había erudición ni melancolía por una modernidad en crisis que había cobijado la filosofía de Benjamin. De la posmodernidad insulsa y relativista pasaron, sin estaciones intermedias, a las diatribas más oscuras y antipopulares.El cuarto italiano, el oriundo de Nápoles, se puso hecho una fiera y salió en nuestra defensa. Con pasión habló largamente de Maradona y del fervor sacramental que había despertado en el pueblo de su ciudad. Habló también de la reparación histórica que para los meridionales había significado destronar a la Juventus y a los otros equipos del norte que siempre se repartían los campeonatos y las riquezas mientras en el sur dejaban la miseria y el abandono. Con recursos que no parecía poseer siendo como era un sereno especialista en la filosofía alemana de entreguerras, se lanzó a vindicar aun Maradona convertido, por obra y gracia de la devoción, en el heraldo de los desclasados y de los derrotados, en el redentor de los negros de la historia y en el insolente capaz de plantársele a los poderosos del futbol, de la economía y del espectáculo circense.
Los otros tres profesores de filosofía, muy elegantes y refinados, a los gritos intentaron acallar el elogio olímpico que el filósofo napolitano estaba ensayando de un Maradona convertido, de repente, en el centro de un litigio cultural y político.Todo el desprecio de los filósofos del norte se dirigió a defenestrar a Maradona, a su conducta extravagante, a sus veleidades de semidios entronizado por la camorra para terminar reivindicando la superioridad del norte frente al sur africanizado. Nicolás y yo, por supuesto, cerramos filas con el ya entrañable amigo napolitano y, de no haber mediado la intervención de otros filósofos neutrales, creo que uno fue Michael Löwy –gran especialista de origen brasileño en Benjamin y residente desde hacía décadas en París- y el otro el presidente del congreso, el profesor Glüber si mal no recuerdo, quienes literalmente lograron separarnos y serenar los ánimos, aquella comida de camaradería hubiera terminado muy mal.
Lo sorprendente había sido que un almuerzo que transcurría serenamente y sin ninguna señal que anticipara lo que iba a ocurrir pocos minutos después, culminó en una casi batalla campal de dos argentinos y un napolitano contra tres desencajados filósofos del norte que, apenas escucharon el nombre de Maradona, se transformaron en bizarros portadores de los peores improperios clasistas y racistas. Una vez más el santo y seña de“Maradona” había funcionado como aglutinador de una nueva fraternidad entre dos sudacas y un meridional contra la soberbia de un norte germanizado y cargado de rencor y resentimiento contra el pobrerío venido del sur tanto de América como de la península. Nosotros, junto con un Maradona imaginario, pasamos a ser, para los filósofos de Milán, Turín y Florencia, oscuros africanos portadores del atraso y la incultura. Ya no se hablaba de Benjamin, de la lectura a contrapelo de la historia de los vencidos que caracterizó su pensamiento filosófico-político, sino que, arrojando al berlinés al tacho de basura, se dedicaron a oponer, una vez más, la eterna disputa entre la civilización -que ellos representaban- y la barbarie -que a la sazón era representada por Maradona-.
Nosotros, maradonianos, éramos, para ellos, incurables portadores de irracionalismo tercermundista.Aquel día sellamos un acuerdo con el único de los cuatro filósofos italianos que se mostró a la altura de una visión benjaminiana de la historia, aquella que defendía a los débiles, a los desarrapados y a los plebeyos todos reunidos en el nombre redentor de Diego Armando Maradona: el dios de los napolitanos y el eterno gambeteador de las injusticias, los poderes y las hipocresías de los dueños de la riqueza y de la pelota y que, otra vez, volvió al potrero de Fiorito del que nació el maldito entre los malditos, aquel que osó desafiar a los “civilizados” para recordarnos aquella frase de Benjamin que decía “que todo acto de cultura es, al mismo tiempo, un documento de barbarie” . Sin apenas darnos cuenta fuimos, Nicolás y yo, testigos y partícipes de un partido que se sigue jugando desde el fondo de la historia: el de los plebeyos representados por un demonio llamado Maradona y el de los poderosos y opulentos incapaces de comprender de qué lado está la verdad, la justicia y la belleza.»
… llámame. No importa si estoy durmiendo, si estoy estudiando o si hemos discutido. Si me necesitas, si necesitas hablar conmigo estaré ahí para ti. No importa lo grande o pequeño que sea tu problema. Yo estaré ahí.»
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PD: Y, obviamente, también está bueno el haberlo dicho nosotros.
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En un esfuerzo por asimilar la noticia de su muerte, me pasé el día leyendo notas, mirando fotos y videos acerca «del Diego». Aquí, en este blog, tengo guardadas algunas de sus frases famosas…
Ordenadas alfabéticamente, para mi amigo Jorge, quien se ríe mucho con los dichos del Diego… ingeniosas salidas que le brotan en su espontáneo hablar… y nos causan mucha risa…
¿El primer gol a Inglaterra? Fue la mano de Dios. Les ofrezco mil disculpas a los ingleses, de verdad, pero volvería a hacerlo una y mil veces. Les robé la billetera sin que se dieran cuenta, sin que pestañearan.
¿Me van a contar a mí cómo es Juan Simón (ex-futbolista arg.)? Lo conozco hace diez años. Es capaz de tomarle la leche al gato.
¿Yo en contra de los homosexuales? Para nada. Es mejor que existan porque así dejan más mujeres libres para los que somos de verdad machos.
A los contras quiero que Cristina (ex-presidenta argentina) los pelee como los peleaba Néstor.
A los políticos les saco una ventaja. Ellos son públicos, yo soy popular.
Cita completa: El mandamiento “amarás al prójimo como a ti mismo” es el rechazo más intenso de la agresividad humana y constituye un excelente ejemplo de la actitud antipsicológica que adopta el superyó cultural. Ese mandamiento es irrealizable.