Me emocionó. Lo comparto…
PAPÁ
Asomar la cabeza por la ventana y contemplar como mi padre avanza poco a poco por la calle al encuentro del primero de los autobuses, de regreso a casa después de comer. Ha recorrido la ciudad entera de punta a punta para venir este mediodía a comer conmigo el menú diario en una taberna del extrarradio con mantel y servilleta de papel.
Una vez al año -siempre en jueves, por la paella- con los restos de los tickets que en el trabajo me proporcionaban le invitaba al ágape. En mi fueron interno yo le reprochaba su interés por verme sólo cuando era gratis. Fuimos siempre dos desconocidos.
Cuando mamá falleció empezó a visitarme más a menudo, casi cada mes. Siempre en jueves, por la paella. Y empezó también a pagar estos banquetes cercenados por el tiempo y el regreso apresurado a la oficina. Debía emprender casi una expedición con…
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