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Llora su pena El Espejo
Vacío de pasiones y sin un reflejo
Estremece en la soledad
Su llanto mudo
De hiriente Claridad
Ya no refleja la realidad
En su piel cristalina
Des una rota cortina
Se filtra tímidamente
Un rayo de sol que ilumina
Un roto crucifijo en la pared
Mientras muere de sed
El hombre allí en la cruz
Y un pequeño rayo de luz
En su cabeza ilumina
Una gran corona de espinas
Y clavos en pies y manos
Para salvar sus hermanos
Por los pecados cometidos
Será por eso que compungido
Llora el espejo su dolor
Por el hombre crucificado
Que predicó paz, unión y amor
Entre los seres de este mundo
Comparte el Poeta y Mendigo
Su dolor profundo,
Pero no puedo comprender
Cómo puede ser
Que aún siga crucificado
Toma el crucifijo de la pared
Y entre su rústicas manos
Arranca uno por uno los clavos
De sus pies y sus manos
Maldiciendo a los Romanos
Por las heridas causadas
Lo deja en los brazos
De su Madre tan Amada
Una pequeña virgen deteriorada
Que deslumbra inmaculada
La radiante pureza de su mirada
Queda grabado su reflejo
Sobre la lágrima del Espejo
Que llora la emoción
Al sentirse acompañado
Por el hombre tan Amado
Que ya no se refleja
En su piel crucificado.
Mario Anónimo / UY/
«Llego el Otoño»
Marzo llego tímidamente
Con el otoño en su piel
Trayendo con el
Para dibujar en mi mente
Una paleta de cobrizos colores
Perfumes de viejos Amores
Marchitas flores
En el jardín del olvido.
Un húmedo viento
Con su lluvia gris
Cual triste lamento
Por un camino sin tiempo
Arrastra las hojas
Que a los árboles despoja
Dejándolos desnudos y sin vida
En la mañana fría
Cargada de nostalgia y melancolía.
Las calles vacías
Y Las plazas desiertas
Bajas las cortinas
Cerradas las puertas
La gente en sus casas
Por el Covid-19,
Lentamente llueve
Como queriendo decir
Ya han de venir
Tiempos mejores.
Son las 2 de la madrugada
La soledad emocionada
Camina sin rumbo
Por las veredas inundadas
De oscuras sombras
De un gris profundo,
Y entre ellas escondidas
Los recuerdos de aquellos días
Que viven en mi memoria
Vieja guarida
Donde funden su agonía
Los recuerdos de mi Vida.
Se va la noche adormecida
A dormir su pena
En los brazos del día,
Por su vieja herida
Se marcharon las estrellas,
Me voy por las oscuras callejas
Arrastrado mis soledades
Parezco una hoja vieja
Llena de cicatrices y sin vida
Azotada por el destino
Sobre el gris empedrado
En la alfombra cobriza
De este lluvioso día.
Mario Anónimo.
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