En una mesa de «Usados», dí con un libro de Ruth Macklin (filósofa de la bioética) titulado «Dilemas / Qué es lo ´mejor´ para el paciente?«. Han pasado décadas, eran los inicios de esa disciplina. La autora hizo su recorrido y publicó más y, tal vez, hasta se haya desdicho a medida que recibía críticas y aportes. Son temas que -además de tener sus habituales interesados -médicos, abogados, especialistas en ética- a todos nos incumben pues nos pueden llegar a tocar muy de cerca. Conceptos como los de «dignidad humana», «respeto a la autonomía», distribución de recursos escasos, «lo mejor para el paciente», criterio del juicio por otro, derecho a rechazar un tratamiento, calidad de vida, paternalismo, consentimiento, consentimiento implícito, y más. Así que me fui a buscar por la Web…

De la dignidad humana y la bioética (vía paliativosvisibles)
«Existe una palabra clave, utilizada por expertos en bioética, filósofos y juristas, esta es la palabra dignidad. El término aparece en el título de la Convención de Estrasburgo («Convención para la tutela de los derechos del hombre y la dignidad del ser humano») y en el Preámbulo de la misma está repetida al menos tres veces, de manera que parece lícito elevarla al papel de único, posible, y auténtico fundamento de una bioética europea. Así empieza la ponencia de Francesco D’Agostino, en el Congreso Internacional de Bioética de 1999. La dignidad es un concepto imprescindible e indispensable para pensar en bioética.
La noción de “dignidad humana” se vincula con el “respeto incondicionado que merece todo individuo en razón de su mera condición humana, es decir, independientemente de cualquier característica o aptitud particular que pudiera poseer”. Para Kant, es “algo que se ubica por encima de todo precio y, por lo tanto, no admite nada equivalente”; mientras las cosas tienen “precio”, las personas tienen “dignidad”.
No tiene nada de nuevo enfrentar estas ideas, dignidad y bioética. Gilbert Hottois (2) en su artículo “Dignidad humana y bioética. Un enfoque filosófico crítico”, nos aclara su significado y alcance filosófico. Parece ser, que el uso del concepto de dignidad en lo que se refiere a argumentos bioéticos, está lejos de ser universalmente entendido. Como ejemplo, la dignidad no tiene cabida en el principialismo, según este autor. Recuerda que en el libro de BEAUCHAMP T. L. et CHILDRESS J.F, Principles of Biomedical Ethics, solo menciona en dos ocasiones el término “dignidad” y una de ellas para subrayar su carácter ambiguo.
Para algunos expertos, la dignidad es fundamento imprescindible de la bioética; para otros es el signo de una calidad de vida. Para Francisco Javier León, la persona humana no es, por tanto, valiosa por lo que «tiene», sino por lo que» es». Es fundamental, por ello, desarrollar toda una antropología de la dignidad humana, que la establezca en el lugar primordial, de finalidad, respecto al conocimiento científico y técnico, por una parte, y respecto a toda legislación en materia de Bioética, por otra.
También, otros, creen que la dignidad pasa por ser un problema en y para la bioética. La investigadora Monique Pyrrho, cree que la dignidad humana se ha convertido en un problema. No sólo desde el punto de vista práctico, político y social, como un principio para definir o para alcanzar en las más diferentes situaciones en que la humanidad encuentra sus límites, sino especialmente en la definición filosófica y bioética y en su operacionalidad como concepto. Apunta a que fue presentada como un concepto “inútil”. Recuerda que el editorial de Ruth Macklin en el British Medical Journal, con el título de «Dignidad es un concepto inútil», suscitó mucha polémica y diversas reacciones. Discurriendo sobre la posibilidad de una perfecta sustitución de la dignidad por otro concepto más útil y operacional -la autonomía-, sin pérdida significativa, esa autora cuestiona cómo el uso basado en el impacto emocional de un concepto tan vago e impreciso podría contribuir para discusiones importantes en bioética.
Afortunadamente, la inmensa mayoría de los que estudiamos los valores y principios de la bioética, acusamos de un recelo ante voceros sin causa definida. No cabe la menor duda de que la bioética necesita de la dignidad para ser lo que es.
Aconsejaría la lectura del Cuaderno: La dignidad humana. Filosofía, bioética y derechos humanos, editado por la Dirección Nacional de Atención a Grupos en Situación de Vulnerabilidad dependiente de la Subsecretaría de Protección de Derechos Humanos de la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de Argentina. Especial mención al artículo del Dr. Juan Carlos Tealdi, Director del Programa de Bioética del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires.
Como verán queda mucho por aprender. Se debe seguir apoyando la dignidad del ser humano en todos los campos, es base fundamental de la bioética.»
Bibliografía consultada: (ver artículo-fuente)
Publicado por Javier Manuel Yagüe
Leído en: http://paliativosvisibles.blogspot.com.ar/2014/07/de-la-dignidad-humana-y-la-bioetica.html
Otro texto:
La “dignidad humana” no es un concepto inútil
«Pocos conceptos son tan debatidos en la bioética como el de “dignidad humana». Ruth Macklin escribió un breve pero demoledor artículo en 2003, afirmando que “la dignidad es un concepto inútil». El consenso mayoritario entre los bioeticistas sostiene que está en lo cierto.
Sin embargo, en el Journal of Medical Ethics, revista norteamericana sobre ética médica, Linda Barclay, de la Universidad Monash en Melbourne, reexamina su argumento resolviendo que aunque la “dignidad humana» pueda ser discutida y confusa, no es completamente inútil. Añade que a pesar de haberse convertido en un concepto andrajoso para los bioeticistas, subsiste una “enorme preocupación práctica relacionada con la dignidad en el marco de la atención sanitaria.´´
Esto lo concibe la autora al asumir la distinción clásica entre dignidad intrínseca y extrínseca. Para la primera, coincide con Macklin en su inutilidad. Pero la segunda, dignidad extrínseca, difiere de que sea inútil; ya sea diáfana o confusa, es primordial para la asistencia médica. Barclary interpreta así “estatus» por “dignidad»:
En mi concepto de dignidad, la dignidad se manifiesta en un contexto de relaciones sociales donde respetamos normas sociales para tratar y asistir a personas al compartir un estatus idéntico. Cuando esto se da, revelamos a los demás que los consideramos socialmente nuestros iguales.
Son frecuentes las situaciones donde los pacientes son tratados socialmente con inferioridad y su intimidad, estima y respeto quedan ignorados. La autora cita un investigador el cual descubrió que “de forma rutinaria las relaciones con enfermos, pobres y vagabundos están caracterizada por ser groseras, desdeñosas, indolentes, altivas, denigrantes y con rechazo.»
Esto no sólo constituye una violación de su dignidad, sino que además genera un peligro para su bienestar físico. «Concretamente, cuando las personas son tratadas con regularidad como inferiores sociales, se vuelven particularmente vulnerables al maltrato y al abuso». Este peligro es particularmente grave en personas con deficiencias cognitivas, convirtiéndose en víctimas de estigmas deshumanizantes.
Barclay concluye: “nos situamos ahora en una posición desde la que podemos comprobar que Macklin se equivoca al afirmar que la dignidad es un concepto inútil. El respeto a las personas y a su autonomía no alcanza a lo que implica tratarlos con dignidad.»
Por Michael Cook : U‘Human dignity’ is not ‘useless’.
https://www.bioedge.org/bioethics/human-dignity-is-not-useless/12474
Traducción: Enrique Montero
(Allí una persona comentó: «Echeverría – 3 noviembre 2017 a las 16:11
La dignidad como tal y su utilización corresponden a una construcción social, por ello debemos entender que, si la sociedad que construye se sustenta en la mentira y la manipulación, pues no podemos esperar nada potable… Mentimos y manipulamos los términos y alcances de aquello que creamos para definirnos, para separarnos y para acercarnos. La dignidad como tal carece de sustento, ya que la dignidad es aquello que nosotros queremos; una manera más simple de entenderlo es, la dignidad que reclamo es la misma que debo darle a cualquier ser humano. Pero ¿somos capaces de pensar que un vagabundo, pobre, inmigrante, merece ser tratado con dignidad? diremos que sí, pero pensemos si no nos estamos mintiendo y manipulando a quien nos lee.»)
Leído en: https://www.bioeticablog.com/la-dignidad-humana-no-es-un-concepto-inutil/
PD: Con tiempo, abajo, en los Comentarios, iré agregando textos relacionados que encuentre.
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