Para tí, mujer trabajadora. Pavanetti Gutiérrez

Marzo 8. Día Internacional de la Mujer Trabajadora (Archivo/2014).

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Para ti, mujer abnegada, mujer trabajadora

Para ti mujer, va hoy esta flor y mi canción

Para ti, dulce, tenaz y sacrificada luchadora

Para ti, todo mi respeto y toda mi admiración

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Los diarios nos mencionan a mujeres famosas

Nombres grabados a fuego y oro en la historia

Cantan loas a sus logros, a sus grandes cosas

Nos hablan de sus virtudes y de sus memorias

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Pero yo quiero cantarte a ti, silenciosa luchadora

Que te levantas la primera, al atisbar los rayos del sol

Mujer de mil nombres, de mil caras, de mil horas

Compañera en la lucha y con tiempo aun para el amor

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A ti, que día tras día vas al hospital, a la oficina

Al campo, a la fábrica, a la calle, al mundo a remar 

A ti, que aunque llegas a casa extenuada, rendida

Todavía guardas una sonrisa y reservas para amar 

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Me viene este canto de lo más profundo de la vida

Acumulado estaba el homenaje a tan maravilloso ser

Muchos versos había escrito, pero a ti te lo debía

Madre, hermana, esposa, hija, compañera… mujer.”  

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Letra y música: Julio César Pavanetti Gutiérrez.
De: Efemérides Culturales Argentinas.

Sobre el autor: Ver “Poetas del Mundo”.
Las imágenes: Google Images.

Paseando por Facebook: Ninguna mujer

«Ninguna mujer debería tener que explicar por qué no tiene hijos. Esta sociedad impone un estereotipo de mujer cuya misión en la vida es la de ser madre. Como si no tener hijos fuera un defecto o un error de una vida incompleta. No son los hijos los que completan a las mujeres; las mujeres ya venimos completitas de fábrica.» – Hellen Mirren

Leído en: Grupo CosasDeMujeres / Facebook

El amenazado. Jorge Luis Borges

Leyendo poemas de amor

Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir.
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz.
La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.
¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras,
la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas,
la serena amistad, las galerías de la biblioteca, las cosas comunes,
los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se
levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz.
Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos me cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo.

Leído en: Obviamente, está en muchos sitios. Yo lo leí en: https://www.poemas-del-alma.com/el-amenazado.htm

 

Un comentario, vía elestanteliterario:

«El amenazado es un poema de amor de Jorge Luis Borges escrito en 1972 y publicado por primera vez en El oro de los tigres. Quizás uno de los más conocidos, este poema de veintiún versos, nos presenta la angustia de quien se ve “amenazado” por la fuerza del amor. Limpio y evocativo, El amenazado es, sin duda y como muchas de las obras de Borges, una pieza maestra.»

Leído en: https://www.elestanteliterario.com/resenas-de-libros/poema-el-amenazado-jorge-luis-borges (allí, más info).

Otro comentario, vía Página 12:

PSICOLOGÍA › ELLAS, COMO REFERENCIA DE LOS HOMBRES – “Me duele una mujer en todo el cuerpo”.

Por Sergio Zabalza *

“Me duele una mujer en todo el cuerpo”, escribió Borges: es el verso de un hombre. A menos que la frase connotara otro campo de significaciones, sería difícil imaginar una formulación similar para el caso de una dama. El clima de encierro y temor que Borges plasmó en su poema “El amenazado” delata la especial vulnerabilidad del macho en las vicisitudes del amor. Pareciera que nuestros cuerpos no terminan en la piel. Una parte de nuestra humanidad reposa en esa amada presencia que alberga nuestros más preciados objetos. “Mi mujer dice que…” o “Mi señora no está de acuerdo porque…” son frases paradigmáticas a partir de las cuales muchos varones confían sus más íntimas tribulaciones.

Así, la mujer es la referencia a partir de la cual el hombre piensa y se piensa, compone la realidad, escribe, trabaja o se pavonea sin anoticiarse del punto de apoyo que sostiene toda su impostura. “¿No viste dónde dejé…?”, suelen preguntar cuando buscan el portafolios, los zapatos o los documentos. Para el hombre, el cuerpo de su compañera es un lugar, una patria. Bien, pero ¿dónde termina el cuerpo de ella? Una respuesta tradicional diría: en los hijos. Pero la evidencia clínica y el devenir de la cultura indican que no bastan los hijos para dar cuenta del enigma que encierra la singularidad del cuerpo femenino. El cuerpo de una mujer no termina, no acepta medidas: te duele en todo el cuerpo. Quizá por eso los hombres se afanan por dominarlo, domesticarlo o, mejor, retratarlo infinitamente.

Por parte de ellas, la condición dislocada e imprevisible del cuerpo puede expresarse por una insatisfacción permanente o, por el contrario, en ese saber hacer con el enigma que las vuelve –dolorosamente– irresistibles.

* Psicoanalista. Fragmento del seminario virtual “El porvenir de la diferencia”.

Leído en: https://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-157054-2010-11-18.html

Prohibir el aborto es penalizar la sexualidad libre. Judith Butler

10 de abril de 2019
Entrevista colectiva a la filósofa postestructuralista Judith Butler

“Prohibir el aborto es penalizar la sexualidad libre”

En un encuentro en la Universidad Nacional de Tres de Febrero, Butler respondió a preguntas que atraviesan el movimiento feminista, antes de una conversación pública con integrantes de Ni Una Menos.

Por Marta Dillon, Mariana Carbajal y Laura Rosso

“El tema del aborto es clave porque plantea la pregunta de quien tiene el poder sobre los cuerpos”, afirmó la filósofa norteamericana postestructuralista Judith Butler, en un encuentro con periodistas en la Universidad Nacional de Tres de Febrero, durante una nueva visita al país. Butler hizo importantes aportes a la teoría queer y al campo de los feminismos. Es autora de los libros “El género en disputa”, “Feminismo y la subversión de la identidad” y “Cuerpos que importan”, entre otras publicaciones.

La entrevista colectiva fue el único contacto que Butler mantuvo con la prensa, un rato antes de la conversación pública con algunas integrantes del Colectivo Ni Una Menos, convocadas bajo el título de “Activismo y Pensamiento”. En la puerta, centenares de personas hicieron cola desde la mañana para ingresar al microestadio de la Untref donde se llevó adelante el encuentro, en el que se puso el eje en un deseo también colectivo de teoría feminista que acompañe las acciones callejeras masivas que son marea, sobre todo en Argentina. Cuatro ejes se tocaron en la conversación con Ni Una Menos: la potencia transnacional de la herramienta de la huelga feminista; la composición del movimiento feminista y su posibilidad de narrar conflictos que atraviesan identidades, territorios y lenguas; la contraofensiva de los fundamentalismos religiosos en su alianza con el capitalismo, y la avanzada conservadora que también surge dentro de los movimientos feministas con los grupos biologicistas y el punitivismo. En la charla con un grupo reducido de periodistas, el aborto, las denuncias sobre violencia sexual, y el punitivismo también fueron temas fundamentales.

La jornada de ayer fue la previa del II coloquio internacional “Los mil pequeños sexos”, que comienza hoy y se extiende hasta mañana, en el que se abordarán los debates que le dan forma al campo de los Estudios de Género y las Sexualidades y se estudiarán críticamente las políticas que despliegan las instituciones y los activismos.

“Contenta de estar acá, no es todo lo mismo América latina; todo el resto del mundo está observando qué están haciendo. En San Pablo, era la bruja pero también era trans”, saludó Butler.

–¿Qué preferís? –fue la primera pregunta.

–No soy binaria –respondió.

Otro disparador para Butler:

–Vos dijiste que el futuro no son las mujeres sino el feminismo…

–Controvertido, ¿querés que hable del feminismo sin las mujeres? Hay trans que vienen y me dicen, ‘mujer es una ficción’, y yo les digo que no es verdad. Es verdad en la medida en que vos lo creas, es tu derecho también ser así. Podés llamarte mujer, es una categoría histórica, que cambió con el tiempo. Hay muchas maneras de ser una mujer. Pero también dije que el feminismo no puede ser separatista, las mujeres necesitan estar entre ellas sobre todo cuando hablan de violencia o planes específicos de su vida íntima. Cuando te preguntás qué es ser una mujer, hay un gran debate, porque aun cuando haya sido asignada como mujer (al nacer) no quiere decir que seas una mujer.

–En Argentina un hombre puede cambiar de sexo y el Estado lo paga, pero una mujer no puede abortar porque está criminalizado…

–Apuntás en tu pregunta qué es lo que el Estado permite y financia. Nos hacemos la misma pregunta con todas las técnicas de reproducción asistida: ¿para todas las personas o para las casadas? Creo que hay formas patriarcales de poder para entender por qué el aborto está criminalizado. Es porque el cuerpo de las mujeres es del Estado, de la Iglesia o de la Iglesia dentro del Estado, porque son amigos muy cercanos. En general, se financian (las técnicas de reproducción humana asistida) a personas en pareja heterosexual o casadas. La prohibición del aborto es una penalización a la sexualidad libre de las mujeres.

Butler siguió refiriéndose al problema de la penalización del aborto. “El tema del aborto es clave porque plantea la pregunta de a quién pertenece el cuerpo de la mujer, quién tiene poder sobre los cuerpos”. Y agregó: “Esto también lleva a pensar cómo el Estado metió dentro de sus leyes una moralidad cristiana. Una mujer que decide ignorar la ley y decide con su propia autonomía termina siendo criminalizada. ¿De quién es el poder del que obliga a una mujer a tener un hijo cuando no lo tiene? Es el Estado y la Iglesia que fuerza a la mujer a un acto reproductivo. Entonces, esa ley es una violación, es un delito”, concluyó.

Una periodista planteó también cómo pensar el reciente suicidio de un músico mexicano luego de ser denunciado por abuso sexual en el marco del movimiento MeToo en ese país. Para Butler es un tema “muy complicado”. Y continuó: “El #MeToo fue muy importante en mostrarnos cuanto la violencia, el abuso, y la discriminación tenían lugar en diferentes lugares, trabajo, casa, calle, estaban generalizados. Se necesitaba saber, mostrarlo, esa es una contribución”, dijo la filósofa. Pero agregó que las feministas deben pensar qué buscan con las denuncias. “¿Vamos a hacer justicia? Porque la justicia formal protege a los poderosos, (en los casos de abuso o acoso sexual) no hay testigos, porque los hechos suceden en una habitación cerrada donde hay dos personas, y los juicios no tienen evidencias. ¿Se busca denunciar el acto o arruinar la vida de otra persona? Eso hay que preguntarse”.

Y luego sostuvo que este tipo de movimientos deberían contribuir con sus denuncias al cambio cultural. “Las negras tienen una idea de justicia restauradora, que no tienen que ver con la cárcel porque es más opresión para los hombres negros”, en cambio, una justicia restauradora “se refiere a un trabajo de la comunidad entera reconociendo el daño, en orden de reparar”.

–¿Qué tienen que hacer los hombres en las luchas feministas? –se le preguntó.

–La violencia contra las mujeres y trans es porque entre ellos se cubren, no objetan cuando la novia es asesinada, tienen esa hermandades, pero deberían salir a las calles, gritar a los cuatro vientos y decir no podemos violar ni matar a las mujeres. Esa es una gran cosa para que hagan.

Butler volvió sobre el problema de la criminalización del aborto y subrayó que “tiene que haber recursos para todas las personas, tengan acceso (a la interrupción voluntaria de un embarazo) no importa cuan rica seas”. Pero “el compromiso es con la salud de las mujeres”, debe haber “centros de salud que sean accesibles financiados por fondos públicos, tiene que haber inversión para poder ejercer los derechos. Y esa es la diferencia entre derechos personales y el derecho social que implica que todas las personas accedan”.

Hacia el final de la entrevista colectiva, Butler diferenció el impacto del movimiento Ni Una Menos del Me Too: “Acá es un movimiento, es colectivo, que se funda para hacer un cambio cultural, para decir a viva voz ‘esto ya no es aceptable’. Pero es distinto a apuntar a la eliminación de un individuo porque nos estaríamos convirtiendo en jueces y verdugos de una persona y no estaríamos condenando el acto. Los actos son parte de una práctica que está arraigada en la sociedad, y es lo que queremos cambiar”.

Leído en: https://www.pagina12.com.ar/186378-prohibir-el-aborto-es-penalizar-la-sexualidad-libre

(Las imágenes son de Página/12 y Las12)

Perspectiva de género

Fragmento de un reportaje – Entrevista a Irene Meler – Por Clepios/Revista de profesionales en formación en Salud Mental:

«-En cuanto a lo conceptual, ¿qué podemos pensar sobre las perspectivas de género?, ¿qué abarca?, ¿cómo podemos entenderla?

-Irene Meler: Básicamente yo diría que la perspectiva de Género ha venido a aportar una visión más lúcida sobre las inequidades sociales que construyeron la diferencia sexual tal como la conocemos. En ese sentido, nosotros estamos acostumbrados a considerar la diferencia sexual como un organizador del psiquismo y también como un organizador social, porque claramente muchas instituciones como la familia, el matrimonio, están organizadas sobre la base de una diferencia sexual instituida. Esta diferencia ha sido naturalizada, considerada parte de la bipartición sexual de la especie, cuya reproducción es sexuada. Inicialmente esto no fue problematizado, transformado en un objeto cognitivo,

Pero con la generación de un cambio social y cultural importante en la condición femenina, que se produjo alrededor de la década del 60, surgió toda esta corriente de estudios que inicialmente fueron Estudios de la Mujer. Por eso la primera carrera de postgrado en la que yo fui docente se llamó de Estudios de la Mujer, porque lo que se buscaba era hacer visible la perspectiva de las mujeres, que había sido invisibilizada, ocultada en todos los relatos de las disciplinas sociales y humanas.

Por ejemplo, hay un libro de antropología que se llama “Los Argonautas del Pacífico Occidental” de Malinowski. Allí se describe una ceremonia de construcción de canoas, que se llama “la ceremonia Kula”. Relata que se reunían las tribus para ahuecar troncos con el fin de construir canoas, y agrega, “se servía la comida”. Ustedes se imaginan que en cualquier fiesta, evento social, comer en conjunto es algo muy importante, que genera cohesión grupal, en parte la gente se reúne para hacer algo y para comer. ¿Quiénes hacían la comida? Habitualmente lo hacen las mujeres. La participación femenina estaba sintetizada en ese parco “se”. Se servía la comida. Esto habla de la invisibilización del aporte femenino a la cultura, que está presente en el discurso freudiano de formas muy flagrantes y en muchos discursos de las disciplinas sociales y humanas. Entonces lo que los estudios de la mujer hicieron fue hacer visible lo omitido. Más tarde, en determinadas partes del planeta- se adoptó la denominación Estudios de Género.

En Europa no fue así ya que no les gusta el concepto porque es un invento norteamericano. A esta denominación la creó John Money, un psico neuro endocrinólogo neozelandés que trabajó en la Johns Hopkins University estudiando estados intersexuales.

Lo que les interesó a las académicas que venían haciendo estudios en distintas disciplinas influidas por las teorías feministas fue el carácter constructivista del concepto del Género. Nos permitió ver que la subjetividad masculina o femenina que cada sujeto construye, no dependía de factores biológicos sino de lo que él llamó “la asignación de género”. O sea la creencia del semejante acerca de ese cuerpo que acababa de advenir al mundo. La subjetividad sexuada se constituye en función de los proyectos identificatorios que los cuidadores primarios elaboran sobre el sujeto. Lo que interesó a los Estudios sobre la Mujer es entender que, esto que parecía tan abrochado a lo biológico, que parecía tan intrínseco, estructural y constitutivo de la subjetividad, era en realidad una adquisición contingente que podía ser variable. De hecho los casos de transexualismo nos muestran que algunos machos y hembras “normales” de la especie, para llamarlos de alguna manera, pueden construir su subjetividad cruzando géneros, donde no haya concordancia entre su subjetividad y su cuerpo.

Por supuesto, como psicoanalistas, consideramos que hay un género asignado extraoficialmente. Cuando se construye una subjetividad transexual, es porque ha habido de algún modo, por parte de los padres, una asignación de género inconsciente que cruza géneros. Estas personas que biológicamente son absolutamente promedio como cualquier otro individuo de la especie, sin embargo pueden construir una subjetividad diferente.

Esto nos muestra el carácter construido del género y el carácter contingente, no estructural, no necesario. Bueno, el psicoanálisis lacaniano en este sentido coincide con esta perspectiva. Lacan plantea que es posible para un sujeto ubicarse de uno de los dos lados de la diferencia simbólica, es decir, que no tiene que haber una correspondencia forzosa entre el psiquismo y el cuerpo. Todo este concepto que fue tomado por los estudios de género, que inicialmente en América, se denominaron como estudios de mujeres, y que en Europa se prefiere denominarlos como estudios feministas, porque no les gusta la denominación americana de género considerando que es anglófona y no se adapta a los países cuyas lenguas son latinas.

Asimismo, dentro de este campo han surgido alrededor de los ’80 los estudios sobre la masculinidad, que han tenido un desarrollo muy importante en Australia. Un sociólogo que se llama Robert Connell, que es transexual en este momento, ha hecho un aporte relevante con una producción académica de mucha calidad, seriedad, y rigurosidad. Connell propone que la unidad de análisis de los estudios de género son las relaciones de género. Es decir las relaciones sociales e intersubjetivas entre los géneros, y que pueden ser analizadas en diversos niveles: en un nivel cultural, en un nivel social, un nivel institucional y un nivel subjetivo.

También en Inglaterra existen aportes importantes, y por supuesto en Estados Unidos. Entre nosotros, yo misma escribí con Mariel Burin un libro que se llama Varones. Género y Subjetividad masculina, donde aplicamos esta perspectiva a los estudios sobre las masculinidades.

Entonces el campo de estudios de género abarca estudios sobre mujeres y sobre varones. …”

Leído en: http://clepios.com.ar/67/reportaje/1006-2/

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