Dos discursos… dos relatos… dos maneras de vivir…
(vía El Blog de Miguel Grinberg*)
“El economista estadounidense David Korten, autor del libro El Gran Cambio: Del Imperio a la Comunidad de la Tierra, ha afirmado que si ha de existir un futuro humano, debemos encauzarnos hacia una relación equilibrada entre nosotros y con la Tierra. Para esto necesitamos construir economías con corazón.
Señala además que si vamos a demorar y finalmente revertir la desintegración social y ambiental que vemos alrededor nuestro, debemos cambiar las reglas para frenar el agudo abuso de poder corporativo que tanto contribuye a aquellos daños. …
Existe un relato imperial de la prosperidad, y aunque la narrativa imperante sobre la prosperidad tiene muchas variaciones, entre sus elementos esenciales se encuentran los siguientes:
• El crecimiento económico llena nuestras vidas con abundancia material, saca a la gente pobre de su miseria, y crea la riqueza necesaria para proteger al medioambiente.
• El dinero es la medida de la riqueza y el juez apropiado para cada elección y relación.
• La prosperidad depende de liberar a los inversores ricos de impuestos y regulaciones que limitan su incentivo y su capacidad de invertir en crear los nuevos trabajos que nos enriquecen a todas y todos.
• Los mercados desrregulados asignan recursos para su uso más productivo y de más alto valor.
• El rico merece sus riquezas porque todos nos enriquecemos a medida que los beneficios de las inversiones de aquellos en la cumbre se derrama hacia aquellos en la base.
• La pobreza está causada por los programas de bienestar social que le quitan a la gente pobre la motivación para convertirse en miembros productivos de la sociedad, deseosos de trabajar duramente en los puestos que el mercado les ofrece.
Korten comenta que este relato sobre la prosperidad al servicio del dinero es repetido incansablemente por los medios corporativos y se enseña en los cursos de economía, negocios y políticas públicas, en nuestros colegios y universidades, casi como si fuera una escritura sagrada. Por eso lo llama “el relato de prosperidad del Imperio”. …
Pero también existe un relato de prosperidad de la Comunidad de la Tierra, que considera los siguientes elementos de un relato de prosperidad alternativo, al servicio de la vida, que considera a la vida, más que al dinero, como la verdadera medida de la riqueza:
• Hijas e hijos, familias, comunidades y sistemas ecológicos saludables, constituyen la verdadera medida de la riqueza real.
• El cuidado y soporte mutuos son la principal moneda de las familias y comunidades sanas, y la comunidad es la clave para la seguridad económica.
• La riqueza real se crea invirtiendo en el capital humano y productivo de la gente, el capital social de las relaciones solidarias, y el capital natural de los ecosistemas saludables.
• El fin de la pobreza y la cura de nuestro medio ambiente se logrará con la reasignación de recursos materiales desde los ricos hacia los pobres, y desde los usos destructivos de la vida hacia los usos que la reafirmen.
• Los mercados poseen un rol vital, pero los gobiernos democráticamente responsables deben asegurar los intereses de la comunidad garantizando que toda persona se comporte según reglas básicas que internalicen costos, mantengan la equidad, y favorezcan los negocios locales de escala humana que honren los valores y sirvan a las necesidades de la comunidad.
• La economía debe servir a la gente y responder a ella, no al revés.
…evoca una visión de la posibilidad de crear economías que sirvan a la vida, fundadas en comunidades que respeten la interdependencia irreductible de la gente y la naturaleza. Aunque se escucha pocas veces, este relato se basa en nociones familiares de generosidad y justicia, y niega cada una de las pretensiones del relato imperial que actualmente da forma a la política y práctica económicas.”
Leído en: el blog de Miguel Grinberg / miguelgrinberg.blogspot.com
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