Cosas que los niños deben aprender en casa, y no en el cole (vía imageneseducativas)

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«by ACRBIO · 23 abril, 2019

Aquí os dejo unas enseñanzas de José Múgica, expresidente de Uruguay, que me parecen bastante atinadas.

“En la casa se aprende a: saludar, dar las gracias, ser limpio, ser honesto, ser puntual, ser correcto, hablar bien, no decir groserías, respetar a los semejantes, ser solidarios, comer con la boca cerrada, no robar, no mentir, cuidar la propiedad y la propiedad ajena, ser organizado.

En la escuela se aprende: Matemáticas, castellano, ciencias, estudios sociales, inglés, geometría, y se refuerzan los valores que los padres y madres han inculcado a los hijos”.

Normas sociales

En la hora de comer, hay que sentarse en la mesa
Si tienes que decir algo utiliza un tono de voz adecuado
Cumplir las nomas de seguridad, como ponerse el cinturón en el coche
Tratar a los demás como nos gustaría que nos tratasen a uno mismo siendo amable y respetuoso
Cumplir los horarios de casa, por ejemplo, volver a la hora acordada
Tratar a los demás sin agresividad, sin pegar ni gritar
No exigir cosas para comprar que no sean necesarias
Esperar el turno de palabra antes de hablar
Ser educado y cordial siempre
Pedir permiso antes de coger cualquier objeto ajeno
Saludar y despedirse siempre
Dar las gracias y ser agradecido
Compartir con los demás
Escuchar con atención cuando te hablen
Si te equivocas y haces daño a alguien, pedir disculpas

Buenos modales en la mesa

Lavarse las manos antes de las comidas.
Sentarse con la espalda recta.
No colocar los codos sobre la mesa.
Colocarse la servilleta de manera adecuada sobre nuestro regazo.
Tomar la comida completa antes de repetir.
Colocarse correctamente aprovechando los espacios y sillas libres.
Arrimarse a la mesa con cuidado, sin arrastrar con fuerza la silla.
Servir la bebida antes de empezar.
Ayudar a poner la mesa y también ofrecerse para recogerla al final.
No comenzar hasta que todas las personas que están con nosotros tengan su plato servido.
Si hay aperitivos, no coger el primero, esperar a que los demás escojan antes.
No coger el último aperitivo que queda en una bandeja sin ofrecérselo a alguien.
Masticar con la boca cerrada y no hablar con la boca llena.
No hacer ruido al masticar.
No sorber la sopa.
No jugar con los cubiertos.
No empujar con los dedos, sino con un trocito de pan.

Normas de comportamiento

A ayudar con las tareas domésticas.
A no llevarse ninguna cosa de los demás, a pedir las cosas con permiso.
A respetar las normas y las costumbres de otros.
A cuidar las cosas (las suyas y las de los demás).
A ser organizado y recoger las cosas que utiliza.

Valores 

Amabilidad:
ser cariñoso y gentil con uno mismo y con los demás. La mejor manera de enseñarles esto, es a través del ejemplo que los padres mostramos a diario. Dar gracias frente a los halagos o préstamos, compartir juguetes con los compañeros y mostrar afecto hacia los amigos serían algunos métodos.
Respeto a la diversidad: todos somos iguales independientemente de la apariencia física, el color de la piel o las costumbres que tengamos. Debemos mostrar a nuestros hijos una cultura sana y abierta, donde la comprensión y la solidaridad vayan de la mano. Leer cuentos sobre otras culturas, viajar a lugares distintos o llevarlos a campamentos de verano, serían actividades muy recomendables para su fomento.
Obediencia: todo el mundo necesita ceñirse a una serie de normas que distinguen lo autorizado de lo que no. Una forma de enseñar a los niños este valor es explicarles el por qué de las órdenes.
Amor a la naturaleza: la mejor manera para que los pequeños aprendan este amor es enriquecer sus vivencias, planificar actividades al aire libre, ya sea en montaña, campo o playa. Fomentar que ellos mismos pregunten cómo cuidar su entorno les ayudará a afianzar este amor.

Amistad:
es uno de los valores más importantes, el que más falta nos hará a lo largo de toda nuestra vida. Por ello, debemos hacer hincapié en crear y fortalecer las relaciones sociales de nuestros hijos. Invitando a los amiguitos a casa, fomentando el compañerismo en clase y en el parque, estaremos ayudando a su desarrollo.

Tolerancia:
debemos enseñar a nuestros hijos que es muy importante escuchar a los demás, intercambiar ideas sin peleas, y respetar cualquier opinión aunque no la compartamos.

Perseverancia:
es muy importante enseñar a los hijos a levantarse si algo no les sale bien y a volver a realizarlo tantas veces como sea necesario para conseguir el objetivo.

Respeto al bien común:
debemos enseñar a nuestros hijos el valor de las cosas. Es importante enseñarles a cuidar su entorno: respetar parques, usar papeleras, etc. Pero también, hay que explicarles el cuidado a los objetos.»

Leído enhttps://www.imageneseducativas.com/cosas-que-los-ninos-deben-aprender-en-casa-y-no-en-el-cole/

(no figura la fuente-origen)

Guardapolvos blancos: símbolo de la igualdad en la escuela pública

Vienen arrasando con una tradición argentina simbolizada por los delantales blancos igualitarios: la escuela pública

Guardapolvo blanco
Por Julio Maier*

«Promediaba la década de los 40. Bichitos blancos inundaban tranvías y aceras antes de las ocho de la mañana y después del mediodía. Un panorama blanco cubría las veredas y los tranvías cordobeses. Purretes con esa vestimenta, el guardapolvo blanco, caminaban o viajaban hacia sus escuelas o volvían de ellas.

Déjenme definir a mi modo el guardapolvo –también llamado delantal–que yo recuerdo: una prenda escolar colocada arriba de los vestidos normales de los varones, blanca nívea y bien planchada al comienzo de la semana, por esfuerzo de las madres de los alumnos, y algo más ajada y con rasgos de cierta suciedad los sábados, al final de la semana (en ese tiempo había clase los sábados), plisada la más pituca o lisa la más modesta, botones blancos al frente y con terminación en pollerita (falda), que usaban todos los chiquilines de la escuela primaria estatal hasta el 6º grado y, en ocasiones, también los docentes de esa escolaridad y hasta, a veces, también los alumnos de escuelas secundarias. El guardapolvo es y era para mí una prenda símbolo, precisamente símbolo de la igualdad en la escuela, pues era para todos igual y, sin decir nada, ocultaba la ropa que vestía el alumno por debajo de ella, de primera o de última calidad, usada o nueva, impecable o zurcida. Eso permitió que, hasta bastante más crecidito, ya en la Universidad, sin darme cuenta, tuviera compañeros de familias con fortunas, de hijos de empleados y de trabajadores y de hijos de personas muy humildes. Todavía los recuerdo y con algunos de ellos me veo, a pesar de que hace medio siglo que vivo fuera de Córdoba y de que alguno de ellos reside en otra Provincia. De las maestras -todas mujeres- ni hablar. Ellas eran una especie de héroes, juanas de arco sin armas, hadas con sueños, estrictas o más liberales pero siembre buenas. Conservo hasta hoy algunos de sus nombres, algo que no sucede ni dentro de mi propia familia. Sus hijos éramos nosotros, los chiquilines del grado, buenos o malos alumnos, revoltosos o juiciosos; a todos querían por igual, pues el guardapolvo nos igualaba a todos como hermanos. Ello demuestra que el presupuesto de la fraternidad es la igualdad. De allí mi devoción por la escuela pública argentina, a la cual le debo toda mi formación, incluso la universitaria.

Por eso, cuando escucho la tendencia del neoliberalismo –confesada incluso por nuestro presidente– a la supresión paulatina de esa escuela para dar paso triunfal a las llamadas “privadas”, reacciono con tristeza y hasta con bronca, como lo demuestro ahora. Se han dado ya los primeros pasos para la supresión de la enseñanza estatal o su mera existencia como alternativa para las personas que, sin otra posibilidad, “caen” –el verbo no me pertenece– en ella, supuestamente inferior en calidad a la privada (sueldo de los educadores a la baja, como si se tratara de la compraventa de una mercancía en el mercado, edificios sin mantenimiento, hasta inhabitables o convertidos en “shoppings”).

Hoy se magnifican esos pasos: supresión por decreto de la paritaria nacional docente, que fijaba el piso de dignidad del salario a nivel nacional, pues la paritaria “no es para discutir haberes a cobrar sino tan sólo cuestiones gremiales”.

No sé si los docentes cobraban antes un salario digno –yo era muy niño y no podía apreciar esas cosas–, pero supongo que sí, pues papá y mamá trabajaban en ese oficio de distintas maneras y nosotros vivíamos con mi hermana sin graves restricciones. Nunca habitamos una casa propia sino un departamento alquilado, gracias a la intervención de la ley de locaciones urbanas sobre la libertad de mercado del Código Civil, no teníamos automóvil –pocas familias eran propietarias de uno de ellos–, pero no recuerdo escasez alguna de algo que no fuera suntuoso.

Con el expreso deseo de no confundir, sobre todo épocas, debo decir también que no pretendo describir la mejor escuela. Vista desde hoy, aquella también albergaba rastros negativos propios de la época. Por ejemplo, describo tan sólo la escuela primaria de los varones, porque no había escuelas mixtas, de varones y mujeres. Al menos en Córdoba, las escuelas de varones eran casi todas del Estado. Yo sólo recuerdo la existencia de una “escuela privada” de varones, perteneciente a la Iglesia católica. Seguramente hubo alguna otra pero carecían de importancia y de fama frente a las escuelas estatales. Las niñas, de las que no se esperaba, en principio, rendimientos científico-culturales de importancia, tenían sus propias escuelas. Según la interpretación de mi experiencia, su educación inauguró la existencia masiva de las hoy llamadas “escuelas privadas”, por mención de las escuelas confesionales de aquella época y de clases sociales superiores. Allí el “uniforme” suplantó al guardapolvo blanco. Para mejor informar, expreso también que un tema de actualidad, la enseñanza religiosa en la escuela, era parte del currículum, incluso en la escuela estatal, durante el primer gobierno del general Juan Domingo Perón. Ello dividía el curso en dos clases, la de religión, católica por supuesto, y la de moral, repetidamente un recreo adicional. A contrario del espíritu laico de la ley 1420, esta situación dividía las aguas: “rusitos” eran aquellos de la clase de moral.

Pese a todo ello, la ideología neoliberal de quien detenta el poder trata de terminar con una tradición argentina simbolizada por los delantales blancos igualitarios. Intenta así elevar al individuo por sobre la comunidad, acrecentar la desigualdad siempre presente e imponer el egoísmo frente a la solidaridad. ¡Ay guardapolvo blanco!//que me educaste siendo niño//que te quiero y que te extraño//de mis ensueños arquetipo.»

* Profesor emérito de la Universidad de Buenos Aires.

Leído en: https://www.pagina12.com.ar/90710-guardapolvo-blanco
Página12 – Contratapa – 22 de enero de 2018

Imágenes: lenguayliteratura (España)

Día de las Escuelas de Frontera (Argentina)

14 de marzo – Día de las escuelas de frontera – Las carencias y las dificultades son muchísimas

«Pertenecen a la jurisdicción provincial y su propósito es el desarrollo, promoción prioritaria e integración plena de esas jurisdicciones a la vida nacional, según establece la Ley 19.524.

Precisamente, el Día de las Escuelas de Frontera fue instituido por medio del Decreto Nº 1531 del Poder Ejecutivo Nacional, en conmemoración del día de aprobación de la ley 19.524, sancionada el 14 de marzo de 1972 para proteger y desarrollar las escuelas en zonas y áreas de frontera.

A lo largo de las extensas fronteras de nuestro país (9.376 kilómetros) existen alrededor de 11.000 escuelitas (contemplando no sólo aquellas ubicadas estrictamente en zonas fronterizas, sino haciendo extensiva la consideración a un área un poco más amplia, incluyendo las llamadas escuelas rurales -que en todos los casos están alejadas de zonas urbanas-).

Estos establecimientos educativos suelen estar en zonas aisladas y de acceso un tanto complicado, y muchos de los alumnos que concurren a ellos deben recorrer enormes distancias, todos los días, para poder acceder a su educación básica.

En general, en las escuelas de frontera los niños están a cargo de un único maestro, y pasan allí todo el día, pues se les brinda además de la educación su alimentación básica, en muchos casos la única que pueden recibir.

Estas escuelas no podrían subsistir de no ser por la profunda vocación y el enorme cariño de los docentes, que no son sólo maestros sino también en muchos casos casi padres de sus alumnos, y se encargan de todas las tareas y necesidades de la vida en los establecimientos: comidas, vestimenta, útiles, mantenimiento, salud.

Las carencias y las dificultades son muchísimas, quizás demasiadas para lo que un ser humano medio, acostumbrado a las comodidades y facilidades de las grandes urbes, podría soportar. Pero gracias a estos miles de «héroes» que podemos encontrar a lo largo de todo nuestro país, hay muchos chicos que aún pueden soñar con forjarse un futuro mejor para ellos y sus familias.

Aun en sus precarias condiciones de infraestructura, alimentación y sanidad, los chicos aprenden no sólo a leer, escribir o sumar, sino también a trabajar la tierra o criar animales para generar producción para su propia subsistencia. De todos modos, la solidaridad de los alumnos y de las comunidades urbanas sigue siendo de gran ayuda para su mantenimiento y evolución, pero sobre todo para sentirse acompañados y queridos, para sentir que también ellos son argentinos y, desde su lugar, forjan día a día nuestra Nación. No los dejemos solos.»

Fuente: Ministerio de Educación de la Nación.
Leído en: diarionorte.com/article/10319/14-de-marzo–dia-de-las-escuelas-de-frontera
La imagen: Escuelita Rural, por Antonio Berni.

Herramientas: Mapas escolares para descargar [Argentina]

Lo comparto pues es info útil

Revista Historia para todos

Una excelente herramienta proveniente del Instituto Geográfico Nacional de la República Argentina. Son los mapas oficiales

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Escuelita rural. Antonio Berni

Mayo 14, natalicio del pintor.

Mirando pinturas

p-berniescuelitarural

Escuelita rural, 1956. Autor: Antonio Berni (Rosario, 1905 – Buenos Aires, 1981). Pigmento al agua y albúmina sobre tela. 183 x 304 cm. Colección particular.
Visto en:  «Galería Berni para niños» del sitio http://www.educ.ar/ (Allí, más obras).

 

 

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