Final de año – Jorge Luis Borges

Leyendo poemas

«Ni el pormenor simbólico
de reemplazar un tres por un dos
ni esa metáfora baldía
que convoca un lapso que muere y otro que surge
ni el cumplimiento de un proceso astronómico
aturden y socavan
la altiplanicie de esta noche
y nos obligan a esperar
las doce irreparables campanadas.
La causa verdadera
es la sospecha general y borrosa
del enigma del Tiempo;
es el asombro ante el milagro
de que a despecho de infinitos azares,
de que a despecho de que somos
las gotas del río de Heráclito,
perdure algo en nosotros:
inmóvil.»

Jorge Luis Borgeshttps://es.wikipedia.org/wiki/Jorge_Luis_Borges

Leído en: MetaPoesía

El amenazado. Jorge Luis Borges

Leyendo poemas de amor

Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir.
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz.
La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.
¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras,
la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas,
la serena amistad, las galerías de la biblioteca, las cosas comunes,
los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se
levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz.
Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos me cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo.

Leído en: Obviamente, está en muchos sitios. Yo lo leí en: https://www.poemas-del-alma.com/el-amenazado.htm

 

Un comentario, vía elestanteliterario:

«El amenazado es un poema de amor de Jorge Luis Borges escrito en 1972 y publicado por primera vez en El oro de los tigres. Quizás uno de los más conocidos, este poema de veintiún versos, nos presenta la angustia de quien se ve “amenazado” por la fuerza del amor. Limpio y evocativo, El amenazado es, sin duda y como muchas de las obras de Borges, una pieza maestra.»

Leído en: https://www.elestanteliterario.com/resenas-de-libros/poema-el-amenazado-jorge-luis-borges (allí, más info).

Otro comentario, vía Página 12:

PSICOLOGÍA › ELLAS, COMO REFERENCIA DE LOS HOMBRES – “Me duele una mujer en todo el cuerpo”.

Por Sergio Zabalza *

“Me duele una mujer en todo el cuerpo”, escribió Borges: es el verso de un hombre. A menos que la frase connotara otro campo de significaciones, sería difícil imaginar una formulación similar para el caso de una dama. El clima de encierro y temor que Borges plasmó en su poema “El amenazado” delata la especial vulnerabilidad del macho en las vicisitudes del amor. Pareciera que nuestros cuerpos no terminan en la piel. Una parte de nuestra humanidad reposa en esa amada presencia que alberga nuestros más preciados objetos. “Mi mujer dice que…” o “Mi señora no está de acuerdo porque…” son frases paradigmáticas a partir de las cuales muchos varones confían sus más íntimas tribulaciones.

Así, la mujer es la referencia a partir de la cual el hombre piensa y se piensa, compone la realidad, escribe, trabaja o se pavonea sin anoticiarse del punto de apoyo que sostiene toda su impostura. “¿No viste dónde dejé…?”, suelen preguntar cuando buscan el portafolios, los zapatos o los documentos. Para el hombre, el cuerpo de su compañera es un lugar, una patria. Bien, pero ¿dónde termina el cuerpo de ella? Una respuesta tradicional diría: en los hijos. Pero la evidencia clínica y el devenir de la cultura indican que no bastan los hijos para dar cuenta del enigma que encierra la singularidad del cuerpo femenino. El cuerpo de una mujer no termina, no acepta medidas: te duele en todo el cuerpo. Quizá por eso los hombres se afanan por dominarlo, domesticarlo o, mejor, retratarlo infinitamente.

Por parte de ellas, la condición dislocada e imprevisible del cuerpo puede expresarse por una insatisfacción permanente o, por el contrario, en ese saber hacer con el enigma que las vuelve –dolorosamente– irresistibles.

* Psicoanalista. Fragmento del seminario virtual “El porvenir de la diferencia”.

Leído en: https://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-157054-2010-11-18.html

Borges: una oración – vía Psicocorreo / Psicoanálisis – Arte / Marcelo A. Pérez

Desde el boletín del blog psicocorreo*…

«Mi boca ha pronunciado y pronunciará, miles de veces y en los dos idiomas que me son íntimos, el padre nuestro, pero sólo en parte lo entiendo.

Esta mañana, la del día primero de julio de 1969, quiero intentar una oración que sea personal, no heredada. Sé que se trata de una empresa que exige una sinceridad más que humana.

Es evidente, en primer término, que me está vedado pedir.

Pedir que no anochezcan mis ojos sería una locura; sé de millares de personas que ven y que no son particularmente felices, justas o sabias.

El proceso del tiempo es una trama de efectos y de causas, de suerte que pedir cualquier merced, por ínfima que sea, es pedir que se rompa un eslabón de esa trama de hierro, es pedir que ya se haya roto.

Nadie merece tal milagro.

No puedo suplicar que mis errores me sean perdonados; el perdón es un acto ajeno y sólo yo puedo salvarme. El perdón purifica al ofendido, no al ofensor, a quien casi no le concierne.

La libertad de mi albedrío es tal vez ilusoria, pero puedo dar o soñar que doy.

Puedo dar el coraje, que no tengo; puedo dar la esperanza, que no está en mí; puedo enseñar la voluntad de aprender lo que sé apenas o entreveo.

Quiero ser recordado menos como poeta que como amigo; que alguien repita una cadencia de Dunbar o de Frost o del hombre que vio en la medianoche el árbol que sangra, la Cruz, y piense que por primera vez la oyó de mis labios.

Lo demás no me importa; espero que el olvido no se demore.

Desconocemos los designios del universo, pero sabemos que razonar con lucidez y obrar con justicia es ayudar a esos designios, que no nos serán revelados.

Quiero morir del todo; quiero morir con este compañero, mi cuerpo.»

Jorge Luis Borges – [ Bs. As., 1899 / Ginebra, 1986 ] – Una Oración – El Hacedor, 1960.

Leído en: * http://psicocorreo.blogspot.com/2019/09/borges-una-oracion.html

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Padrenuestro latinoamericano (Mario Benedetti)
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Poemas a Buenos Aires

11 de junio de 1480, Juan de Garay fundó y bautizó la Ciudad de la Trinidad y Puerto de Santa María de los Buenos Ayres.

Buenos Aires. Jorge Luis Borges.

Y la ciudad, ahora, es como un plano
de mis humillaciones y fracasos;
desde esa puerta he visto los ocasos
y ante ese mármol he aguardado en vano.

Aquí el incierto ayer y el hoy distinto
me han deparado los comunes casos
de toda suerte humana; aquí mis pasos
urden su incalculable laberinto.

Aquí la tarde cenicienta espera
el fruto que le debe la mañana;
aquí mi sombra en la no menos vana

sombra final se perderá, ligera.
No nos une el amor sino el espanto;
será por eso que la quiero tanto.

 

Versos de la tristeza de Buenos Aires. Alfonsina Storni.

Tristes calles derechas, agrisadas e iguales,
Por donde asoma, a veces, un pedazo de cielo,
Sus fachadas oscuras y el asfalto del suelo
Me apagaron los tibios sueños primaverales.

Cuánto vagué por ellas, distraída, empapada
En el vaho grisáceo, lento, que las decora.
De su monotonía mi alma padece ahora.
—¡Alfonsina!— No llames. Ya no respondo a nada.

Si en una de tus casas, Buenos Aires, me muero
Viendo en días de otoño tu ciclo prisionero
No me será sorpresa la lápida pesada.

Que entre tus calles rectas, untadas de su río
Apagado, brumoso, desolante y sombrío,
Cuando vagué por ellas, ya estaba yo enterrada.

Leídos en: Lengua 7, EGB, Santillana. En Internet:  TrazosDeLaMemoria y Centro Virtual Cervantes.

Fotógrafos argentinos: Pedro Luis Raota

Paseando por el sitio del Museo Nacional de Bellas Artes...

Jorge Luis Borges en la casa de Evaristo Carriego Autor: Raota, Pedro Luis  Nacionalidad Argentino  (Argentina, Chaco, Pesidente Saénz Peña, 1934 – Argentina, 1986)  Origen: Donación Guillermo Gasio, 2006 Escuela: Argentina S.XX Técnica: Fotografía Objeto: Fotografía Soporte: sobre papel Medidas: 36 x 47 cm.

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