Ideas. Deconstruyamos

Julio 15, natalicio de Jacques Derrida.

Derrida-frase

«La filosofía anterior ha venido siendo logofonofalocéntrica» (Derrida)

. logo -> logos -> lógica -> ley -> lenguaje -> discurso. fono -> voz -> autoridad

. falo -> masculina -> vertical -> jerárquica

Deconstruir para:

abrir sentidos (no transmitir un sentido)

leer de otra forma

transgredir (liberarse de la interpretación tradicional de los conceptos)

Ojo, no utilizar como excusa.”

Leído en:  Cosas Nimias   Derrida en Wikipedia   Imagen: fuente 

María Elena Walsh; La eñe también es gente

En el Día Internacional de la Lengua Materna (Febrero 21) para promover la diversidad lingüística y cultural y el plurilingüismo, un texto desde el Archivo:

“La culpa es de los gnomos que nunca quisieron ser ñomos. Culpa tienen la nieve, la niebla, los nietos, los atenienses, el unicornio. Todos evasores de la eñe. ¡Señoras, señores, compañeros, amados niños! ¡No nos dejemos arrebatar la eñe! Ya nos han birlado los signos de apertura de interrogación y admiración. Ya nos redujeron hasta la apócope. Ya nos han traducido el pochoclo. Y como éramos pocos, la abuelita informática ha parido un monstruoso en lugar de la eñe con su gracioso peluquín, el ~.

¿Quieren decirme qué haremos con nuestros sueños? ¿Entre la fauna en peligro de extinción figuran los ñandúes y los ñacurutuces? ¿En los pagos de Añatuya cómo cantarán Añoranzas? ¿A qué pobre barrigón fajaremos al ñudo? ¿Qué será del Año Nuevo, el tiempo de ñaupa, aquel tapado de armiño y la ñata contra el vidrio? ¿Y cómo graficaremos la más dulce consonante de la lengua guaraní?

«La ortografía también es gente», escribió Fernando Pessoa. Y, como la gente, sufre variadas discriminaciones. Hay signos y signos, unos blancos, altos y de ojos azules, como la W o la K. Otros, pobres morochos de Hispanoamérica, como la letrita segunda, la eñe, jamás considerada por los monóculos británicos, que está en peligro de pasar al bando de los desocupados después de rendir tantos servicios y no ser precisamente una letra ñoqui.

A barrerla, a borrarla, a sustituirla, dicen los perezosos manipuladores de las maquinitas, sólo porque la ñ da un poco de trabajo. Pereza ideológica, hubiéramos dicho en la década del setenta. Una letra española es un defecto más de los hispanos, esa raza impura formateada y escaneada también por pereza y comodidad. Nada de hondureños, salvadoreños, caribeños, panameños. ¡Impronunciables nativos! Sigamos siendo dueños de algo que nos pertenece, esa letra con caperuza, algo muy pequeño, pero menos ñoño de lo que parece. Algo importante, algo gente, algo alma y lengua, algo no descartable, algo propio y compartido porque así nos canta.

No faltará quien ofrezca soluciones absurdas: escribir con nuestro inolvidable César Bruto, compinche del maestro Oski. Ninios, suenios, otonio. Fantasía inexplicable que ya fue y preferimos no reanudar, salvo que la Madre Patria retroceda y vuelva a llamarse Hispania. La supervivencia de esta letra nos atañe, sin distinción de sexos, credos ni programas de software.

Luchemos para no añadir más leña a la hoguera dónde se debate nuestro discriminado signo.

Letra es sinónimo de carácter. ¡Avisémoslo al mundo entero por Internet! La eñe también es gente.” 

María Elena Walsh, poetisa, escritora, música, cantautora, dramaturga y compositora argentina.

Fuente: Ministerio de Educación, Argentina.
Leído en: villacrespomibarrio.com.ar 13/03/2010 

Hasta maniana!!! 😉

Sobre el lenguaje-light o lenguaje-lavandina. Eduardo Galeano

El autor* repasa una serie de expresiones que suele usar la gran prensa para eludir decir las cosas como son…

“En la época victoriana, no se podían mencionar los pantalones en presencia de una señorita. Hoy por hoy, no queda bien decir ciertas cosas en presencia de la opinión pública:

el capitalismo luce el nombre artístico de economía de mercado;

el imperialismo se llama globalización;

las víctimas del imperialismo se llaman países en vías de desarrollo, que es como llamar niños a los enanos;

el oportunismo se llama pragmatismo;

la traición se llama realismo;

los pobres se llaman carentes, o carenciados, o personas de escasos recursos;

la expulsión de los niños pobres por el sistema educativo se conoce bajo el nombre de deserción escolar;

el derecho del patrón a despedir al obrero sin indemnización ni explicación se llama flexibilización del mercado laboral;

el lenguaje oficial reconoce los derechos de las mujeres, entre los derechos de las minorías, como si la mitad masculina de la humanidad fuera la mayoría;

en lugar de dictadura militar, se dice proceso;

las torturas se llaman apremios ilegales, o también presiones físicas y psicológicas;

cuando los ladrones son de buena familia, no son ladrones, sino cleptómanos;

el saqueo de los fondos públicos por los políticos corruptos responde al nombre de enriquecimiento ilícito;

se llaman accidentes los crímenes que cometen los automóviles;

para decir ciegos, se dice no videntes;

un negro es un hombre de color;

donde dice larga y penosa enfermedad, debe leerse cáncer o sida;

repentina dolencia significa infarto;

nunca se dice muerto, sino desaparición física;

tampoco son muertos los seres humanos aniquilados en las operaciones militares: los muertos en batalla son bajas, y los civiles que se la ligan sin comerla ni beberla, son daños colaterales; …”

(*) Eduardo Galeano. Del libro “Patas arriba. La escuela del mundo al revés”. Publicado en Pelota de trapo 20/7/12

Leído en: RevistaElArcaDigital 

Ideas: Sobre el signo lingüístico humano. Saussure

Noviembre 26, 1857. Natalicio del lingüista Ferdinand de Saussure

Dió un famoso Curso sobre Lingüística. “En tal curso se destacan las consideraciones … “referentes al signo lingüístico humano, al cual analiza en un concepto o significado  y su «imagen acústica» o significante… 

Ferdinand_de_Saussure…por otra parte los significados y significantes constituyendo signos configuran al lenguaje el cual tiene dos ejes: el paradigmático  o metafórico y el sintagmático o metonímico, uno es el eje del habla o sincrónico y otro se corresponde a la lengua o diacrónico…

…por esto para el primer estructuralista que fue Saussure la sincronía (el fenómeno del lenguaje en un momento dado, junto a otros paralelos) y la diacronía (el fenómeno del lenguaje a través del tiempo) son capitales.

Para Saussure, los seres humanos, para expresar el pensamiento, necesitan un sistema estrechamente relacionado con la lengua hablada.

Si se compara la lengua con una hoja de papel, el pensamiento sería una de las caras y la lengua la otra.

Y lo mismo que es imposible recortar una cara de la hoja sin recortar también la otra, con la lengua es imposible aislar el pensamiento o viceversa.”

Leído en: Wikipedia-Ferdinand de Saussure

El lenguaje de los argentinos. Sobre la permeabilidad a los anglicismos

Lecturas… DiYéi, PeCé, CeDé, CiDí, chat, mi target, outsourcing, ser fashion, downsizing, snob, vacunar la carpeta, canguros, baby-sitter , emilios, e-maileamos, chateamos, culísimo, very cool, sales o outlets o parking…

Por Ivonne Bordelois* para revista El Arca

Venta-sale“Ivonne Bordelois, en su libro El país que nos habla, examina de manera original el lenguaje de los argentinos. El Arca/60 reprodujo dos capítulos.

“Es molesto, por cierto, que Buenos Aires sea una de las capitales latinoamericanas donde más se han importado, innecesariamente términos ingleses, cuando los equivalentes castellanos están aquí.

El ataque del inglés

Antes de enfocar el problema representado por la primera de estas amenazas sería conveniente despejar algunos términos.

Es indudable que el predominio científico y técnico de los países anglosajones apareja la inclusión de un vasto vocabulario de términos de ese tipo en el español, situación que suele afligir a nuestros puristas. Sin embargo, una mera ojeada nos puede convencer de que en todas las grandes transformaciones históricas ocurrieron hechos similares en la esfera de lo cultural y lo político, sin afectar la identidad de las lenguas comprometidas. El inglés mismo hubo de tomar una gran parte de su vocabulario jurídico del latín, así como del griego se desprenden gran parte de las palabras que designan nociones filosóficas básicas en el inglés y otras lenguas modernas.

Este tipo de fenómenos, antes que corromper su carácter, enriquece el perfil de una lengua. Si fuéramos puristas absolutos, seguiríamos diciendo almadias en vez de canoas, primer y hermoso americanismo transportado por Colón, con el que América latina ingresa al léxico español. La ley argentina del español neutro, de 1986, que sostiene «el hablar puro conocido y aceptado por todo el público hispanohablante, libre de modismos y expresiones idiomáticas de sectores», desconoce la porosidad inherente a toda lengua viva.

Es molesto, por cierto, que Buenos Aires sea una de las capitales latinoamericanas donde más se han importado, innecesariamente, términos ingleses: no se ve por qué hay que decir sales o outlets o parking cuando los equivalentes castellanos están allí. Se afecta una falsa familiaridad con el inglés del consumo y de los medios, como si éste fuera un pasaporte de elegancia, un gaje de exotismo superior, una herramienta de exclusión para los desposeídos que no cuentan con el fetiche necesario. Donde el inglés dice very cool escuchamos un sorprendente culísimo; no sólo chateamos sino que e-maileamos; en España, por lo menos, con cierta gracia, no se habla de e-mails, sino de emilios. Y allí los baby-sitters han sido rebautizados como canguros. Pero algunos latinoamericanos intentan vacunar la carpeta –penosa trasliteración de to vacuum the carpet, pasar la aspiradora a la alfombra–, barbarismo que todavía no he escuchado entre nosotros. De más está decir que quienes conocen profundamente el inglés u otros idiomas son en general los menos inclinados a incurrir en estas lamentables trivialidades, testigos del abandono y del descuido en que tenemos a nuestra propia lengua.

Un estudio reciente señala –según observaciones cruzadas entre la Academia y el ámbito universitario– que un hombre culto en la Argentina maneja entre tres mil y tres mil quinientas palabras frente a cien anglicismos, y un universitario de veinticinco años, entre mil doscientas y mil quinientas frente a setenta. Pero un adolescente de quince años, en cambio, usa alrededor de seiscientos vocablos, y posiblemente sesenta anglicismos. Es decir, mientras la extensión del vocabulario decrece generacionalmente, el porcentaje de anglicismos va subiendo hasta llegar, aproximadamente, a un diez por ciento del léxico total.

Como dice un texto atribuido al humorista Fontanarrosa:

“En esta época de globalización, aggiornate o quedás afuera. (…) Argentina no es la misma. Ahora es mucho más moderna; durante muchos años, los argentinos estuvimos hablando en prosa sin enterarnos. Y lo que todavía es peor, sin darnos cuenta siquiera de lo atrasados que estábamos. Los chicos leían revistas en vez de ‘comics’, los jóvenes hacían asaltos en vez de ‘parties’, los estudiantes pegaban ‘posters’ creyendo que eran carteles, los empresarios hacían negocios en vez de ‘business’ y los obreros, tan ordinarios ellos, a mediodía sacaban la fiambrera en lugar del ‘tupper’. Yo, en la primaria, hice ‘aerobics’ muchas veces, pero en mi ignorancia, creía que hacía gimnasia. Afortunadamente, todo esto hoy cambió; Argentina es un país moderno y a los argentinos se nos nota el cambio exclusivamente cuando hablamos, lo cual es muy importante… Las cosas, en otro idioma, mejoran mucho y tienen mayor presencia”.

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