Día Internacional de la Tolerancia

De una vieja agenda Shalom…

Tolerancia

“De la misma manera en que los rostros de los seres humanos se diferencian uno del otro, así también son distintas sus convicciones. Y de la misma manera que puedes tolerar un rostro distinto del tuyo, así también tolerarás las opiniones de la otra gente que piense de una manera distinta que tú.”

La Declaración de Principios sobre la Tolerancia – UNESCO –  dice:

«La tolerancia consiste en el respeto, la aceptación y el aprecio de la rica diversidad, de las culturas de nuestro mundo, de nuestras formas de expresión y medios de ser humanos.

La fomentan el conocimiento, la actitud de apertura, la comunicación y la libertad de pensamiento de conciencia y de religión.

La tolerancia consiste en la armonía en la diferencia.

No sólo es un deber moral, sino además una exigencia política y jurídica.

La tolerancia, la virtud que hace posible la paz, contribuye a sustituir la cultura de guerra por la cultura de paz…»

 

La imagen es de EducaRed. Allí hay unas palabras respecto al 16 de Noviembre: Día Internacional de la Tolerancia

Zizek: tolerancia

«…la cuestión de la tolerancia multi-cultural. Yo planteo que la manera en la que funciona esta tolerancia es precisamente un signo de lo opuesto, de la intolerancia.

Nos referimos con tolerancia cuando decimos que el otro sea pero que no haya acoso. La ideología es que el otro no se acerque demasiado.

Lo que fuere que uno haga es una forma de acoso, si te miro demasiado fijo te estoy violando, si me pongo a fumar te estoy envenenando y si te grito es un acoso verbal, entonces la tolerancia significa quedate lo más lejos posible porque no tolero tu cercanía…»

Slavoj Žižek, es un filósofo, sociólogo, psicoanalista y crítico cultural esloveno.
https://es.wikipedia.org/wiki/Slavoj_Žižek

Cosas que los niños deben aprender en casa, y no en el cole (vía imageneseducativas)

Me gustó, lo comparto

«by ACRBIO · 23 abril, 2019

Aquí os dejo unas enseñanzas de José Múgica, expresidente de Uruguay, que me parecen bastante atinadas.

“En la casa se aprende a: saludar, dar las gracias, ser limpio, ser honesto, ser puntual, ser correcto, hablar bien, no decir groserías, respetar a los semejantes, ser solidarios, comer con la boca cerrada, no robar, no mentir, cuidar la propiedad y la propiedad ajena, ser organizado.

En la escuela se aprende: Matemáticas, castellano, ciencias, estudios sociales, inglés, geometría, y se refuerzan los valores que los padres y madres han inculcado a los hijos”.

Normas sociales

En la hora de comer, hay que sentarse en la mesa
Si tienes que decir algo utiliza un tono de voz adecuado
Cumplir las nomas de seguridad, como ponerse el cinturón en el coche
Tratar a los demás como nos gustaría que nos tratasen a uno mismo siendo amable y respetuoso
Cumplir los horarios de casa, por ejemplo, volver a la hora acordada
Tratar a los demás sin agresividad, sin pegar ni gritar
No exigir cosas para comprar que no sean necesarias
Esperar el turno de palabra antes de hablar
Ser educado y cordial siempre
Pedir permiso antes de coger cualquier objeto ajeno
Saludar y despedirse siempre
Dar las gracias y ser agradecido
Compartir con los demás
Escuchar con atención cuando te hablen
Si te equivocas y haces daño a alguien, pedir disculpas

Buenos modales en la mesa

Lavarse las manos antes de las comidas.
Sentarse con la espalda recta.
No colocar los codos sobre la mesa.
Colocarse la servilleta de manera adecuada sobre nuestro regazo.
Tomar la comida completa antes de repetir.
Colocarse correctamente aprovechando los espacios y sillas libres.
Arrimarse a la mesa con cuidado, sin arrastrar con fuerza la silla.
Servir la bebida antes de empezar.
Ayudar a poner la mesa y también ofrecerse para recogerla al final.
No comenzar hasta que todas las personas que están con nosotros tengan su plato servido.
Si hay aperitivos, no coger el primero, esperar a que los demás escojan antes.
No coger el último aperitivo que queda en una bandeja sin ofrecérselo a alguien.
Masticar con la boca cerrada y no hablar con la boca llena.
No hacer ruido al masticar.
No sorber la sopa.
No jugar con los cubiertos.
No empujar con los dedos, sino con un trocito de pan.

Normas de comportamiento

A ayudar con las tareas domésticas.
A no llevarse ninguna cosa de los demás, a pedir las cosas con permiso.
A respetar las normas y las costumbres de otros.
A cuidar las cosas (las suyas y las de los demás).
A ser organizado y recoger las cosas que utiliza.

Valores 

Amabilidad:
ser cariñoso y gentil con uno mismo y con los demás. La mejor manera de enseñarles esto, es a través del ejemplo que los padres mostramos a diario. Dar gracias frente a los halagos o préstamos, compartir juguetes con los compañeros y mostrar afecto hacia los amigos serían algunos métodos.
Respeto a la diversidad: todos somos iguales independientemente de la apariencia física, el color de la piel o las costumbres que tengamos. Debemos mostrar a nuestros hijos una cultura sana y abierta, donde la comprensión y la solidaridad vayan de la mano. Leer cuentos sobre otras culturas, viajar a lugares distintos o llevarlos a campamentos de verano, serían actividades muy recomendables para su fomento.
Obediencia: todo el mundo necesita ceñirse a una serie de normas que distinguen lo autorizado de lo que no. Una forma de enseñar a los niños este valor es explicarles el por qué de las órdenes.
Amor a la naturaleza: la mejor manera para que los pequeños aprendan este amor es enriquecer sus vivencias, planificar actividades al aire libre, ya sea en montaña, campo o playa. Fomentar que ellos mismos pregunten cómo cuidar su entorno les ayudará a afianzar este amor.

Amistad:
es uno de los valores más importantes, el que más falta nos hará a lo largo de toda nuestra vida. Por ello, debemos hacer hincapié en crear y fortalecer las relaciones sociales de nuestros hijos. Invitando a los amiguitos a casa, fomentando el compañerismo en clase y en el parque, estaremos ayudando a su desarrollo.

Tolerancia:
debemos enseñar a nuestros hijos que es muy importante escuchar a los demás, intercambiar ideas sin peleas, y respetar cualquier opinión aunque no la compartamos.

Perseverancia:
es muy importante enseñar a los hijos a levantarse si algo no les sale bien y a volver a realizarlo tantas veces como sea necesario para conseguir el objetivo.

Respeto al bien común:
debemos enseñar a nuestros hijos el valor de las cosas. Es importante enseñarles a cuidar su entorno: respetar parques, usar papeleras, etc. Pero también, hay que explicarles el cuidado a los objetos.»

Leído enhttps://www.imageneseducativas.com/cosas-que-los-ninos-deben-aprender-en-casa-y-no-en-el-cole/

(no figura la fuente-origen)

En lugar de censurar a la gente

…tratemos de comprenderla. Tratemos de imaginarnos por qué hacen lo que hacen. Eso es mucho más provechoso y más interesante que la crítica; y de ello surge la simpatía, la tolerancia y la bondad

Vía: Rincón del Tibet – (Images may be subject to copyright)

Voltaire, 300 años de su cambio de nombre

Un polemista que incomodaba al poder y cantaba a una nueva forma de ver el mundo, alejada de la intolerancia… 

(Vía Hipertextual – Carlos Prego – Jun 12, 2018)

Trescientos años de la carta con la que nació Voltaire, azote de intolerantes. 

«Un día como hoy François-Marie Arouet cambiaría su nombre por el de Voltaire.

Durante años se ha especulado sobre el origen del seudónimo, que apareció por primera vez en una carta que el joven envió tras salir de prisión.

Años antes de que una multitud enfurecida y sedienta de revolución tomase la Bastilla de París —el 14 de julio de 1789— sus calabozos sirvieron de hogar a uno de los grandes genios de la Ilustración: François-Marie Arouet. Aunque su obra aún sigue celebrándose en pleno siglo XXI como una de las cumbres del pensamiento del XVIII, su nombre dice hoy muy poco. Su nombre oficial, claro.

Tras abandonar el calabozo, el joven literato decidió cambiar su nombre por el de Voltaire

Arouet, entonces un literato prometedor que hacía gala de una mente asombrosamente ágil para sus 23 años, había sido confinado en una celda de la Bastilla en 1717 por escribir una sátira que ridiculizaba al Duque de Orleáns, regente de Francia.

Su presidio duró 11 meses. Cuando en 1718 pudo al fin abandonar la Bastilla, Arouet tomó una curiosa decisión: dejar su nombre en aquel sucio y frío calabozo de París. Quizás porque no quería verse marcado tras su paso por la cárcel o tal vez para poner tierra de por medio con su pasado, el joven se “rebautizó” a sí mismo. Escogió un seudónimo. Uno sugerente, con gancho, a juego con su faceta de literato… escogió ser Voltaire.

La carta con la que nació Voltaire

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