La historia de los seis ciegos y el elefante

Cuento popular de la India.

«Este cuento popular de la India nos ayuda a reflexionar sobre la verdadera naturaleza de las cosas. ¿Podemos estar seguros de que todo es como nos parece en una primera impresión? ¿Pueden estar seis sabios equivocados al mismo tiempo sobre la forma real de un elefante?…

Hace más de mil años, en el Valle del Río Brahmanputra, vivían seis hombre ciegos que pasaban las horas compitiendo entre ellos para ver quién era de todos el más sabio.

Para demostrar su sabiduría, los sabios explicaban las historias más fantásticas que se les ocurrían y luego decidían de entre ellos quién era el más imaginativo.

Así pues, cada tarde se reunían alrededor de una mesa y mientras el sol se ponía discretamente tras las montañas, y el olor de los espléndidos manjares que les iban a ser servidos empezaba a colarse por debajo de la puerta de la cocina, el primero de los sabios adoptaba una actitud severa y empezaba a relatar la historia que según él, había vivido aquel día. Mientras, los demás le escuchaban entre incrédulos y fascinados, intentando imaginar las escenas que éste les describía con gran detalle.

La historia trataba del modo en que, viéndose libre de ocupaciones aquella mañana, el sabio había decidido salir a dar una paseo por el bosque cercano a la casa, y deleitarse con el cantar de las aves que alegres, silbaban sus delicadas melodías. El sabio contó que, de pronto, en medio de una gran sorpresa, se le había aparecido el Dios Krishna, que sumándose al cantar de los pájaros, tocaba con maestría una bellísima melodía con su flauta. Krishna al recibir los elogios del sabio, había decidido premiarle con la sabiduría que, según él, le situaba por encima de los demás hombres.

Cuando el primero de los sabios acabó su historia, se puso en pie el segundo de los sabios, y poniéndose la mano al pecho, anunció que hablaría del día en que había presenciado él mismo la famosa Ave de Bulbul, con el plumaje rojo que cubre su pecho. Según él, esto ocurrió cuando se hallaba oculto tras un árbol espiando a un tigre que huía despavorido ante un puerco espín malhumorado. La escena era tan cómica que el pecho del pájaro, al contemplarla, estalló de tanto reír, y la sangre había teñido las plumas de su pecho de color carmín.

Para poder estar a la altura de las anteriores historias, el tercer sabio tosía y chasqueaba la lengua como si fuera un lagarto tomando el sol, pegado a la cálida pared de barro de una cabaña. Después de inspirarse de esta forma, el sabio pudo hablar horas y horas de los tiempos de buen rey Vikra Maditya, que había salvado a su hijo de un brahman y tomado como esposa a una bonita pero humilde campesina.

Al acabar, fue el turno del cuarto sabio, después del quinto y finalmente el sexto sabio se sumergió en su relato. De este modo los seis hombres ciegos pasaban las horas más entretenidas y a la vez demostraban su ingenio e inteligencia a los demás.

Sin embargo, llegó el día en que el ambiente de calma se turbó y se volvió enfrentamiento entre los hombres, que no alcanzaban un acuerdo sobre la forma exacta de un elefante. Las posturas eran opuestas y como ninguno de ellos había podido tocarlo nunca, decidieron salir al día siguiente a la busca de un ejemplar, y de este modo poder salir de dudas.

Tan pronto como los primeros pájaros insinuaron su canto, con el sol aún a medio levantarse, los seis ciegos tomaron al joven Dookiram como guía, y puestos en fila con las manos a los hombros de quien les precedía, emprendieron la marcha enfilando la senda que se adentraba en la selva más profunda. No habían andado mucho cuando de pronto, al adentrarse en un claro luminoso, vieron a un gran elefante tumbado sobre su costado apaciblemente. Mientras se acercaban el elefante se incorporó, pero enseguida perdió interés y se preparó para degustar su desayuno de frutas que ya había preparado.

Los seis sabios ciegos estaban llenos de alegría, y se felicitaban unos a otros por su suerte. Finalmente podrían resolver el dilema y decidir cuál era la verdadera forma del animal.

El primero de todos, el más decidido, se abalanzó sobre el elefante preso de una gran ilusión por tocarlo. Sin embargo, las prisas hicieron que su pie tropezara con una rama en el suelo y chocara de frente con el costado del animal.

-¡Oh, hermanos míos! –exclamó- yo os digo que el elefante es exactamente como una pared de barro secada al sol.

Llegó el turno del segundo de los ciegos, que avanzó con más precaución, con las manos extendidas ante él, para no asustarlo. En esta posición en seguida tocó dos objetos muy largos y puntiagudos, que se curvaban por encima de su cabeza. Eran los colmillos del elefante.

-¡Oh, hermanos míos! ¡Yo os digo que la forma de este animal es exactamente como la de una lanza…sin duda, ésta es!

El resto de los sabios no podían evitar burlarse en voz baja, ya que ninguno se acababa de creer los que los otros decían. El tercer ciego empezó a acercarse al elefante por delante, para tocarlo cuidadosamente. El animal ya algo curioso, se giró hacía él y le envolvió la cintura con su trompa. El ciego agarró la trompa del animal y la resiguió de arriba a abajo notando su forma alargada y estrecha, y cómo se movía a voluntad.

-Escuchad queridos hermanos, este elefante es más bien como…como una larga serpiente.

Los demás sabios disentían en silencio, ya que en nada se parecía a la forma que ellos habían podido tocar. Era el turno del cuarto sabio, que se acercó por detrás y recibió un suave golpe con la cola del animal, que se movía para asustar a los insectos que le molestaban. El sabio prendió la cola y la resiguió de arriba abajo con las manos, notando cada una de las arrugas y los pelos que la cubrían. El sabio no tuvo dudas y exclamó:

-¡Ya lo tengo! – dijo el sabio lleno de alegría- Yo os diré cual es la verdadera forma del elefante. Sin duda es igual a una vieja cuerda.

El quinto de los sabios tomó el relevo y se acercó al elefante pendiente de oír cualquiera de sus movimientos. Al alzar su mano para buscarlo, sus dedos resiguieron la oreja del animal y dándose la vuelta, el quinto sabio gritó a los demás:

-Ninguno de vosotros ha acertado en su forma. El elefante es más bien como un gran abanico plano – y cedió su turno al último de los sabios para que lo comprobara por sí mismo.

El sexto sabio era el más viejo de todos, y cuando se encaminó hacia el animal, lo hizo con lentitud, apoyando el peso de su cuerpo sobre un viejo bastón de madera. De tan doblado que estaba por la edad, el sexto ciego pasó por debajo de la barriga del elefante y al buscarlo, agarró con fuerza su gruesa pata.

-¡Hermanos! Lo estoy tocando ahora mismo y os aseguro que el elefante tiene la misma forma que el tronco de una gran palmera.

Ahora todos habían experimentado por ellos mismos cuál era la forma verdadera del elefante, y creían que los demás estaban equivocados. Satisfecha así su curiosidad, volvieron a darse las manos y tomaron otra vez la senda que les conducía a su casa.

Otra vez sentados bajo la palmera que les ofrecía sombra y les refrescaba con sus frutos, retomaron la discusión sobre la verdadera forma del elefante, seguros de que lo que habían experimentado por ellos mismos era la verdadera forma del elefante.

Seguramente todos los sabios tenían parte de razón, ya que de algún modo todas las formas que habían experimentado eran ciertas, pero sin duda todos a su vez estaban equivocados respecto a la imagen real del elefante.»

Leido en:
Casa Asia

Autor: AcuarelaDePalabras

Lecturas entre amigos...

40 opiniones en “La historia de los seis ciegos y el elefante”

  1. Los ciegos no destacaron, precisamente, por su habilidad observadora. La pobreza de la información que tomaron de la «realidad» (elefante) se tradujo en una «representación mental» (pared, cuerda…) de nula calidad. Tenían que haber palpado mejor una mayor extensión del cuerpo del animal. Verificar si se producían movimientos, si lo que se palpaba era frio o caliente, etc. Incluso haber tomado información auditiva y olfativa que le permitiría descartar una pared, el tronco de un árbol, etc.

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  2. Igual nos pasa a todos en la vida cuando queremos imponer nuestras ideas desde nuestro punto de vista debido a nuestra educacion, formacion familiar, familiares y conocimientos, pensamos que somos dueños de la verdad absoluta y es en ese momento que sin darnos cuenta empezamos a morir, debemos aprender a escuchar y luego dar nuestro punto de vista. Es la única forma de crecer.

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  3. Lo que les ocurrió a los ciegos es similar a lo que nos ocurre a los que podemos ver, que creemos que «nuestra realidad» es la buena y no intentamos comprender la de los demás.

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  4. A estos personajes lo que les faltó fue análisis, argumentos, sentido por lo que hacían y ademas unión de criterios ya que si cada uno hubiese aportado algo a lo mejor se hubiese llegado a una conclusión sin necesidad de mirar quien era más inteligente.

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  5. Igual es algo que a menudo nos sucede a nosotros ya que siempre queremos imponer a los demás nuestros conceptos y forma de ver las cosas, bien es cierto que los seres humanos creemos saberlo todo y por lo tanto nos creemos dueños de la verdad absoluta, es éste el momento para que las personas reflexionemos y procuremos por escuchar, analizar, observar para luego poder tener una definición clara y auténtica de las cosas. Por lo tanto puedo concluir que para realizar una observación dependiendo el estado, el lugar, las circunstancias y objeto se debe primero unificar criterios, tener un buen manejo de conceptos para ser claros y concisos en los aportes.

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  6. Qué ilusos fueron los sabios al dar cada uno una opinión diferente de lo que era un elefante, pero en mi personal opinión yo creo que no debemos precipitarnos a dar un veredicto de lo que realmente no conocemos y no sabemos, pues casi siempre nos dejamos llevar por la primera impresión y juzgamos y criticamos y damos un fallo sin tener la certeza de es la verdad absoluta, parecería que en la vida real hubiese más ciegos que personas con todas sus capacidades y habilidades con sus cinco sentidos puestos en acción, realmente somos a veces más ciegos que los ciegos

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  7. Hola,

    Sin duda una gran lección para aprender que nuestro punto de vista no es el único ni el adecuado… a veces… pero sobre todo para entender que la comunicación siempre parte de la percepción que nuestro destinatario tenga del mensaje… Saludos

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  8. Muy buen cuento todas las religiones ven a su dios de tal forma con tal y tal regla, sin comprender que es el mismo dios, al igual que el elefante todos lo percibían de distinta manera pero al fin y al cabo sigue siendo el mismo, lo mismo ocurre con dios. Cada religión lo ve distinto pero sigue siendo el mismo dios y a veces peleamos por discutir nuestra religión la cual es la misma verdad que todas las religiones.

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  9. Para mi todos los ciegos tenian razón pero no absoluta, como en todas las cosas de la vida se necesita un todo para poder tomar las decisiones correctas. Nunca hay que quedarse con la primera impresión puede dar lugar a confusiones.

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  10. Hola que tal. Cada uno tenía parte de la verdad. Si tuvieran un elefante en miniatura en sus manos, tendrían la forma. El problema es la dimensión. Bonita historia, que si reflexionamos, es como muchas cosas en la vida. Un saludo.

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  11. El hombre es un ser pensante, inteligente y autonomo pero incapaz de relacionarse correctamente con su entorno social. En esta historia se demuestra que aunque una persona diga alto y otro diga bajo ambas pueden estar equivocadas y al mismo tiempo tener la razón Ninguna persona tiene la razón, cada uno aporta su propia visión sobre el mundo. Los sabios ciegos discutian sobre un complejo problema del que todos tenian una imagen parcial pero sincera, igual nos pasa a todos en la vida cuando queremos imponer nuestros puntos de vista debido a nuestra educación familiar, moral religiosa, y de conocimientos.

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  12. La enseñanza que nos deja es que no podemos juzgar a nadie porque realmente si no nos conocemos a nosotros mismos ¿Cómo poder conocer a los demás? Como dice Jesús: no juzguéis y no seréis juzgados.

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  13. Los 6 sabios ciegos creian tener sus ojos en los dedos, ellos imaginaban que con sólo tocarlo podian concluir como era un elefante, no se preocuparon por investigar más, o unir los conceptos que cada uno concluyó con lo poco que habian apreciado. Ellos juzgaron inmediatamente. Desafortunadamente, a nosotros los seres humanos nos ocurre a menudo que la primera impresión es la que vale, no nos tomamos la molestia de conocer más a fondo a las personas, inmediatamente las juzgamos.

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  14. Chevere, pero qée lástima de que mucha gente, mas que todo ignorantes, no conozcan y juzgen sin tener en cuenta cómo es quien o algo. chao

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  15. Estuve releyendo estos comentarios. Les edité algunas negritas que me parecieron palabras o conceptos a considerar…

    A mi me parece, Seba y todos, que el obstáculo para percibir-para conocer no es solamente la ignorancia -vos mencionás a los ´ignorantes´y como si todos no lo fuésemos en algún sentido- sino que el mismo conocimiento, en tanto pre-juicio es obstáculo para percibir-escuchar-observar.

    NO hay manera de no tener UN propio y subjetivo criterio, una opinión, una creencia, una apreciación, un concepto… pero siempre será MI significación, que siempre es personal… y tiene alguna clase de valor para mí.

    Muy diferente es hablar de Conocimiento Científico. Eso tiene sus reglas… pero no deja de ser UN tipo de conocimiento. Nunca ES la verdad. Tal es así que va cambiando con las épocas.

    A mí me preocupan siempre esas aspiraciones a conocer una supuesta verdad ´absoluta´… siempre trajo problemas…

    Ah! Y está este tema que algunos mencionan de si es posible la Comunicación sin/con malentendidos.

    La seguimos… Saludos a todos. Luz

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  16. hola, LA VERDAD ES QUE SI ELLOS HUBIESEN UNIDO SUS CRITERIOS, HUBIESEN DESCUBIERTO LA VERDADERA FORMA DEL ELEFANTE, PRECISAMENTE LO QUE NOS PASA A TODOS, SOLO NUESTRA OPINION VALE, NO SABEMOS SER COMUNICATIVOS NI SABEMOS ESCUCHAR

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  17. Problema principal. El cuento dice que cada uno quería demostrar a los otros que era más sabio o inteligente, que ellos competían el uno con el otro, y a eso lleva la competencia a cegarnos por ser más grande sin importar lo que hago sino solo satisfacer mi ego. Si no fuera así las grandes multinacionales no estarían acabando con nuestro planeta por ejemplo. o los grandes grupos feministas no estarían promoviendo el aborto a capa y espada, o EU no estaría acabando con la vida y salud de tantos inocentes en Irak, o en nuestro hogar no fuéramos el jefe , la jefa o el herm mayor, etc. Si antes de actuar o disponer o hablar, primero actuáramos humildemente, tacáramos todo el elefante, pudiéramos hacer las cosas sin dañar a nadie, y lo que nos conviene a todos, las cosas como son y no como queremos o a pedacitos.

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  18. si tan solo lograsemos ampliar nuestra vision individual, y escucharamos con el corazón a quienes intentan comunicarce y compartir con nosotros, si doblegaramos a nuestro ego a su lugar, y tan solo aprendieramos a escuchar antes de juzgar, seguro asi la sabiduria nos tocaria mas directamente y el lenguaje podria ser uno mismo, tan solo respetando la individualidad de nuestras percepciones pero compartiendo una percepcion general de la verdad…

    gracias por ponerme a meditar en esto, espero guardar esta percepcion en mi corazón para nunca olvidar lo que debo procurarme.

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  19. Mi manera de pensar es que asimilamos las cosas de acuerdo a nuestro estilo de pensamiento, me explico las cosas son del color del cristal segun se miran, en este caso seria segun el tacto y el angulo seleccionado.

    Al ser ciegos tenian que conformarse con la parte del cuerpo escogida del elefante segun estuvieran ubicados. En mi caso como soy fanatica de los elefantes si fuera ciega me volveria loca tocandolo por todas partes e inclusive haria lo imposible por subirme en el y pasearlo por todos lados. Cada uno de los genios se conformo con la parte del cuerpo del elefante satisfaciendo su ego en union a su egoismo que no unieron sus experiencias como genios y poder llevar a la imaginacion de cada uno. Se creian unos genios pero perdieron la oportunidad de compartir su experiencia uniendo su inteligencia

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  20. Cada una de las religiones ve la verdad como cada uno de los sabios, cada religion tiene parte de la verdad sobre Dios, y todas creen que las otras son las equivocadas, la unica verdad es que Dios esta en todas a la vez, y que ninguna religion tiene la verdad en su totalidad

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  21. ya ke estamos ablando de ciegos, eso kiere decir ke no han visto nunka nada y se basan en kosas ke an tokado, y saben komo son por ellos mismos. esto lleva a que kada persona vive en su propio mundo da iwal ke seas ciego gordo sordo o kon todos los sentidos

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  22. Me ha gustado mucho, tanto como las otras teropecientas mil veces que llevo leyendo esta historia desde que era niña. Quizas por eso me dedico a escribir!

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  23. Este cuento, nos lo hizo leer una profesora de Educacion Tecnologica, esta muy bueno; bien narrado y nos deja una gran enseñanza, somos de primer año de la secundaria de la provincia de La Rioja.

    Gracias por hacer cuentos referidos a nuestra edad, ya que a esta edad muchos pre-adolencente quieren involucrarse al tema del sexo. gracias por hacer estos cuentos con moraleja, gracias a estos profesores que cada dia nos enseñan cosas nuevas y gracias a nuestro gobierno, que tiene los suficientes recursos para que todas las escuelas de la provincia tengan computadoras. Muchisimas gracias

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  24. Ese es el caso de la humanidad respecto al concepto de Dios, en todas las religiones cada una sabe de un aspecto de dios y cree q es el único y verdadero incluso condenariamos a muerte a los demás por opinar diferente.

    Dios es para todos los seres sin importar las religiones; Jesús, Buda, Lao Tse, Khrisna y otros iluminados despertaron para enseñarnos ese principio pero su mensaje lo convertimos en religiones organizadas.

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