La emblemática canción «Sólo le pido a Dios» en todos los idiomas del Medio Oriente

Sobre cómo una canción puede contribuir a la paz…

El hijo del rabino Marshall Meyer (quien formó parte de la Conadep) grabó en Israel una versión de la canción del santafesino León Gieco, junto a una cantante iraní y en todos los idiomas de Medio Oriente, además de español e inglés.

Por Karina Micheletto*

Sololepidoadios“Una nueva versión de “Sólo le pido a Dios” –una más, entre tantísimas que circulan por el mundo, en tantos idiomas– reunió a Gabriel Meyer, el creador de esta versión, con León Gieco, el autor del emblemático tema.

Los reunió literalmente: los artistas se conocieron después de que Gieco quedara impactado por esta significativa marca que Meyer le imprimió a la canción, haciéndola sonar en todos los idiomas del Oriente: paquistaní, iraní, persa, árabe, hebreo y, también, castellano e inglés.

Además, suenan instrumentos que cruzan fronteras étnicas y geográficas –el bombo, la guitarra, el bansuri de la India, el laúd de Medio Oriente– y, con la participación de la cantante iraní Aida, se le imprime un nuevo ritmo, una nueva cadencia, un nuevo tempo para cantar por la paz.

De visita en la Argentina, y preparando los conciertos en los que espera presentar aquí este año The human proyect, el disco en el que grabó esta canción por la paz…

Gabriel es hijo de Marshall Meyer, el rabino norteamericano que vivió veinticinco años en la Argentina, donde lideró una transformación cultural en el judaísmo latinoamericano y llevó adelante un trabajo de defensa de los derechos humanos, integrando la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas al regreso de la democracia.

Gabriel nació en Córdoba, en un campamento juvenil educativo que habían creado sus padres, al que regresaba todos los veranos, una vez radicado en Buenos Aires. “Mis viejos trabajaban con una integración de arte, educación judía y naturaleza, era una formación muy especial. Me acuerdo, por ejemplo, de una obra de teatro que tenía música de los Beatles, palabras del Libro de Jonás, y mi viejo era la ballena adentro de la pileta. Así crecí yo”, grafica.

En ese ambiente abierto a la creación, pero también al trabajo social, Meyer creció entre la militancia en el Movimiento Judío por los Derechos Humanos (fundado por su padre y Herman Schiller), el fútbol, el teatro, la poesía, viajes que lo llevaron por Grecia, Africa y el desierto de Sinaí, para finalmente radicarse en Israel, desde donde trabaja en encuentros por la paz que reúnen a israelíes, palestinos e iraníes en todo el mundo.

En ese contexto, “Sólo le pido a Dios” aparece como un eslabón más en todo este trabajo, sumando además la conexión de Medio Oriente con América latina, desde las lenguas pero también desde la instrumentación, una de las marcas que hacen especial esta versión.  … 

–¿Y cómo creen que una canción puede contribuir a la paz? ¿Cuál es el poder que tiene una canción?

G. M.: –La paz no es un concepto abstracto, es una forma de ser, una manera de vivir. Hasta que los gobernantes no entiendan esto, hasta que la gente común no entienda esto, el cambio no va a ser posible. Hay que convencer a la gente desde adentro, y ese es el trabajo, como una gota que horada la piedra, un poquito todos los días. Hacia allí me dirijo con mi trabajo.

L. G.: –Soy de las personas que se hacen cargo de la canción: pongo el cuerpo, el corazón. Estoy permanentemente tocando aquí y allá, viajo, adhiero, apoyo, canto donde creo que tengo que cantar, para los movimientos de campesinos en Córdoba, contra la trata de mujeres, para sumar a los chicos que tienen capacidades especiales. Esa es mi manera de entender el poder de una canción.”

La nota y el reportaje completos en: * La paz es una forma de ser /Página 12/Cultura y Espactáculos  Abril 6, 2014.

Autor: AcuarelaDePalabras

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