Poema a la Virgen María. Lope de Vega

El 8 de septiembre se celebra el nacimiento inmaculado de María…

VmarianiniaHoy nace una clara estrella
tan divina y celestial,
que con ser estrella, es tal,
que el mismo sol nace della.

De Ana y de Joaquín oriente
de aquesta estrella divina
sale su luz clara y dina
de ser pura eternamente:
el Alba más clara y bella
no le puede ser igual,
que con ser estrella, es tal,
que el mismo sol nace della.

No le iguala lumbre alguna
de cuantas bordan el cielo,
porque es el humilde suelo
de sus pies la blanca luna:
nace en el suelo tan bella,
y con luz tan celestial;
que con ser estrella, es tal,
que el mismo sol nace della.

Lope de Vega – 1562–1635

Abajo, en los comentarios, enlaces, poemas y plegarias marianos.

Autor: AcuarelaDePalabras

Lecturas entre amigos...

9 opiniones en “Poema a la Virgen María. Lope de Vega”

  1. Las diosas, un arquetipo femenino

    “El término arquetipo fue introducido por el psicólogo Carl Gustav Jung para explicar que las imágenes originales que conforman el inconsciente colectivo son comunes a toda la humanidad y se manifiestan simbólicamente de muchas formas en distintas culturas.

    Las diosas femeninas, presentes en leyendas, cultos y mitos son, por así decirlo, una misma energía de la Gran Madre, bajo diferentes aspectos.

    Tanto pueden ser asimiladas al culto de la Pacha Mama como al de la Virgen María, puesto que representan a la mujer con todo lo que ella tiene en común, más allá de cualquier raza, credo o religión. Es por eso que representan un arquetipo o un modelo universal común a diferentes culturas.”

    Algunas diosas: … sigue en:

    https://acuarela.wordpress.com/2011/08/02/las-diosas-un-arquetipo-femenino/

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  2. A LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN DE NUESTRA SEÑORA

    «Virgen pura, si el sol, luna y estrellas»

    Si ociosa no, asistió naturaleza
    Incapaz a la tuya, oh gran Señora,
    Concepción limpia, donde ciega ignora
    Lo que muda admiró de tu pureza.

    Díganlo, oh Virgen, la mayor belleza
    Del día, cuya luz tu manto dora,
    La que calzas nocturna brilladora,
    Los que ciñen carbunclos tu cabeza.

    Pura la Iglesia ya, pura te llama
    La Escuela, y todo pío afecto sabio
    Cultas en tu favor da plumas bellas

    ¿Qué mucho, pues, si aun hoy sellado el labio,
    Si la naturaleza aun hoy te aclama
    Virgen pura, si el sol, luna y estrellas?

    Luis de Góngora y Argote

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  3. Poemas a la Virgen María

    (vía http://www.reinadelcielo.org/poemas-a-la-virgen-maria/)

    LA VIRGEN AL MEDIODÍA – Paul Claudel

    No tengo nada que ofrecerte,
    nada que solicitarte…
    Vengo solamente, oh María,
    para contemplarte…,
    contemplar tu rostro,
    dejar al corazón que cante
    en tu propio lenguaje…

    Porque tú eres hermosa,
    porque eres inmaculada,
    la mujer de la Gracia
    finalmente restaurada,
    la criatura en su primigenio honor
    y en su florecimiento definitivo,
    tal como salió de Dios
    en la mañana de su original esplendor.

    Inefablemente intacta
    porque tú eres la Madre de Jesucristo,
    que es la verdad entre tus brazos,
    y la única esperanza y el único fruto.

    Porque tú eres la mujer, el Edén
    de la antigua ternura olvidada…
    ¡Que toda la creación te cante agradecida,
    Madre de Jesucristo,
    simplemente porque existes.

    *****

    EL NOMBRE DE MARÍA – Enrique Álvarez Bonilla

    He oído en la montaña,
    cuando levanta el cielo,
    la voz del arroyuelo,
    su plácido rumor.
    He oído en la espesura,
    la cántiga del ave,
    cuando con voz suave
    bendice a su Creador.

    Mas eso es menos dulce
    que el eco de tu nombre,
    cuando te invoca el hombre
    con la voz del corazón.
    Tu nombre es dulce, María;
    tu nombre es armonía,
    tu nombre es bendición.

    He oído los susurros
    del agua entre las flores,
    que canta tus amores
    con quejumbrosa voz.
    He oído el eco vago
    que eleva en la montaña
    la mística campana,
    vocero de su Dios.

    Pero eso es menos dulce
    que el nombre que dio el cielo,
    a Aquella que es consuelo
    del hombre en su dolor.
    Tu nombre es más dulce,
    bellísima María;
    tu nombre es alegría
    del pobre pecador.

    *****

    BENDICIÓN DE ALBORADA

    Me lo contó -siendo niño-,
    en una hermosa mañana,
    un anciano venerable,
    protegido en la solana:

    No hay documento escrito,
    es una leyenda urbana:
    -me dice con voz precisa,
    en tertulia sosegada-.

    Una mujer muy hermosa,
    con perfil de soberana
    asiste a la fuente limpia
    en las horas de alborada.
    Nadie conoce su nombre
    -me advierte fiel; y recalca-:
    mas todos los que madrugan
    y buscan el agua clara
    ven a la excelsa señora
    como un susurro en el alma.

    Figura firme y sencilla,
    vestida con elegancia;
    “mujer fuerte” de la tierra,
    digna de toda alabanza.

    Más de uno -con reservas-,
    de los vecinos de Hontangas,
    se acerca todos los días
    por satisfacer su ansia…
    de ver con sus propios ojos
    a escena tan comentada.
    Las preguntas son constantes,
    cuando suena la campana
    y se suman a la fiesta
    debajo de la espadaña.
    ¿Quién conoce por su nombre
    a esta mujer que -sin falta-,
    se aparece a los creyentes
    en horas de madrugada?
    Algunos más fervorosos
    piensan sin rubor y exclaman:
    es la Virgen de la Cueva
    que siente amor y nostalgia
    del encuentro con la gente
    por su belleza de alma.

    El que quiera comprobarlo
    y alimentar la esperanza
    venga a la fuente del pueblo
    con inquietudes marianas;
    y verá cómo la imagen,
    abastecida de agua,
    se regocija en la ermita
    donde reposa con gracia.

    *****

    Así lo contó mi padre
    en un paseo con calma,
    cuando el cuerpo se recrea
    y el espíritu se ensancha.
    Trascendía la leyenda,
    con cariñosa palabra,
    añadiendo que la Virgen
    bendecía la plegaria
    de aquellos que la visitan,
    al salir en la mañana,
    con afanes de progreso
    y reverencia sagrada.

    *****

    MARÍA NACIÓ EN SILENCIO – Serafín de la Hoz Veros.

    María nació en silencio
    en horas de madrugada,
    cuando los gallos anuncian
    albores en la besana,
    en un hogar nazareno
    donde viven en alianza
    dos ancianos venerables
    de nombres Joaquín y Ana.

    Personas de vida intensa,
    abiertas a la esperanza,
    recibieron su sonrisa
    con gozo inmenso en el alma
    y adoptaron la ternura
    como fórmula adecuada
    para ‘envolver’ a María
    en protección y crianza.

    Creció la niña María
    de virtudes adornada,
    como si fuera una estrella
    de luz y suave fragancia:
    cuerpo de gran hermosura,
    claridad en la mirada,
    sencilla cual violeta,
    ardiente e inmaculada;
    imagen pura de Dios
    en belleza y semejanza.

    María aplaude la vida
    con juventud esmeralda;
    se reviste de primores,
    ensueña, camina y canta
    y expande sus privilegios
    entre amigas en la plaza,
    como arrullo de paloma
    protegida en la enramada.

    El saludo de Gabriel
    por sorpresa y sin palmas
    desvela todo el misterio:
    “María, llena de gracia,
    el Señor está contigo”.
    La salutación reclama
    su seno como un jardín
    donde plantar la Palabra
    y se convierte de pronto
    en Virgen de la Esperanza.

    Al percibir la presencia
    -fulgente como una llama-
    del Espíritu de Dios
    asentado en sus entrañas,
    pronuncia humilde “así sea”,
    sumergida en la plegaria,
    ensancha su corazón
    y prorrumpe en alabanzas.

    ***

    ¡Enhorabuena, María!,
    por tu grandeza de alma,
    porque recreas auroras
    con silencio de palabras
    y cultivas emociones
    al son de cítara y arpa.

    *****

    MARÍA: SILENCIO DE CLAUSURA – Serafín de la Hoz Veros

    María es paz y armonía en su figura
    que enaltece por sí misma a la mujer;
    es preludio de un intenso amanecer,
    deslumbre en luz de gracia y hermosura.

    María, alborada firme de ternura.
    Con ser Dios soberano, nos hace ver
    cuán importante y bello es obedecer
    en silencio evanescente de clausura.

    Dios, que encendió el espíritu de María
    en virtud de privilegios de primera,
    despojarla de su encanto no podía.

    ¿Cómo premiar a la Madre con la palma?
    Cual la llama y la fragancia en primavera,
    asunta fue al cielo María en cuerpo y alma.

    *****

    BRILLO DE BLANCA LIRA – Serafín de la Hoz Veros

    Santa María de la Vid

    De blanca lira, Madre, y gran pureza
    es tu alma, en clave de ternura.
    Regazo de indigentes sin ventura
    que buscan al autor de tal belleza.

    En ti remanso, Madre, mi cabeza
    y alivio en tu mirada la amargura
    de los hombres y aquella singladura
    que les tiene sumidos en tristeza.

    Quietud y calma, Madre, ya respiro
    en arca monacal de brillo intenso.
    Un fino sentimiento de acampada

    se difunde por mi ser. Yo suspiro
    y agrego mi fervor al universo
    para cantarte ¡bienaventurada!

    *****

    EL ANUNCIO DEL ÁNGEL – Serafín de la Hoz

    El saludo de Gabriel,
    ángel de Dios, a María
    abre esperanzas al hombre
    en misteriosa misiva:
    – En tu seno virginal
    con despliegue de sonrisas,
    un Niño te ha de nacer
    en gracia de aurora y brisa,
    como fragancia de flores
    y fruto de una caricia.

    – “En disposición humilde /
    mi alma te glorifica,
    Dios sublime de Israel /
    -cantó con fervor María-;
    aunque no entiendo el misterio /
    acepto su melodía.
    Cúmplase tu voluntad /
    y no se haga la mía”.

    – ¡No temáis!, buena Señora,
    al que con tierna porfía
    desea ocupar tu cuerpo
    con generosa semilla.
    El Hijo que ha de nacer
    en graciosa teofanía,
    será grande en esta tierra
    aunque le cueste fatigas.
    La Criatura ha de ser
    antorcha de luz y guía
    para gloria de Dios Padre
    en prodigiosa armonía.
    Será excelsa la misión
    en su forma y sinfonía,
    pues no en vano representa
    al esperado Mesías.

    La bondad de sus palabras
    con destellos de alegría,
    sus gestos de compasión,
    su mirada clara y limpia,
    su fortaleza de alma
    y meditada empatía
    con los enfermos y niños
    en contacto con la vida,
    serán su mejor aval
    en ‘el campo de la espiga’,
    para recrear al hombre
    de su primera caída.

    Así se expresó el Arcángel
    en la casa de María
    cuando del cielo bajó
    para anunciar La Noticia.
    Y en prodigioso contento
    de escena sin bambalinas
    san Gabriel se retiró
    de la tierra a la otra orilla.
    María quedó en silencio,
    por gracia fortalecida.

    *****

    PINTOR DE SUEÑOS – Miguel Rubio

    Hubo una vez, no sé dónde, un pintor
    de sueños que pintaba, no sé cómo,
    los trazos indecibles del misterio.
    Le dijo al viento: “Dame tu susurro,
    tu música silvestre y rumorosa”.
    Pintó invisible -un deje leve apenas-,
    pero sonora el alma de MARÍA.

    Le dijo al bosque, al arroyo, a los pájaros,
    al mar en calma, al valle, a las praderas,
    al amanecer…: “Dadme ese paisaje”.
    Pintó, fulgente, el rostro de MARÍA.
    Le dijo al cielo: “Dame tus lumbreras;
    tu luz, tu sol, tu luna, tus estrellas…”.
    Pintó, tersos, los ojos de MARÍA.

    Le dijo al niño: “Dame tu alborozo,
    tu primera inocencia y el candor
    de tus muecas, la flor de tus miradas…”.
    Y pintó la sonrisa de MARÍA.
    Dijo a la madre: “Dame tu ternura,
    tu amor y tu desvelo hecho costumbre:
    dame, mujer, tu anhelo, tu embeleso”.
    Y pintó un corazón sin más fronteras
    que el sollozo, el dolor y la esperanza.

    Dijo a Dios: “Dame de ti lo mejor”.
    Hubo un silencio de ojos infinitos.
    Hubo ángeles. Hubo primavera
    en la historia del hombre con Dios.
    Floreció la Palabra en la ribera de María…
    De su hijo engalanada
    nos la pintó el pintor de nuestros sueños.

    *****

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